jueves, 16 de febrero de 2017

SHERMAN, George. El enmascarado (1948)


Yvonne De Carlo. No hay mucho más que ver en la cinta. Ni siquiera Dan Duryea está fino aquí. Película de consumo masivo, al hilo de las cientos que hay de Serie B del Oeste.
Hasta le sobra minutaje. Se hace incluso larga.

miércoles, 15 de febrero de 2017

STONE, Andrew L. Cautivos del terror (1958)



James Mason podía hacer cualquier papel en el cine. Era absolutamente versátil, comodín, servía para todo... Para malo, para bueno, para sensible, para duro, pera películas de niños, para cualquier cosa...
El director no le conocía, creía que había visto algo suyo, pero no, no he visto nada suyo. Es bueno, hace una buena cinta. Quizá un poco trepidante, no te deja respirar, desde el primer minuto están en tensión, en acción, de manera radical, sin descanso.
Una muy guapa Angie Dikynson en una de sus primeros papeles. Y un brutal Rod Steiger, que era también un grandísimo actor. Otro que podía, y de hecho hizo, de todo, incluso de indio, que ya es echarle hijo a la cometa.

martes, 14 de febrero de 2017

KARLSON, Phil. Los hermanos Rico (1957)


Otra de Karlson, esta vez de las buenas. No es de la altura de las que más me gustan de él, pero bueno. Se deja ver. Richard Conte en uno de los (muchos) papeles hechos casi para él. Me recordaba a la de Dassín: Mercado de ladrones (1949).
Karlson es el Rey de la Serie B. Un director de los de oficio, con recursos, que sabe de cine, pero que nunca tuvo una buena superproducción con presupuesto y actores estelares.
Esta en concreto es una adaptación de una novela de George Simenon.

domingo, 12 de febrero de 2017

KASDAN, Lawrence. Silverado (1985)



No es el tipo de Wester que me guste. Al contrario, me desagrada. No es una gran película, pero hay que ver de todo. Kasdan es irregular, Fuego en el Cuerpo y El turista accidente no son mala, las demás son totalmente prescindibles, como esta.

sábado, 11 de febrero de 2017

EMMERICH, Roland. Independence day (1996)


No me ha gustado nada. Pero nada de nada. Puedo ver una de catástrofes de los años 70, tan de moda entonces. Y puede ver una de ciencia ficción, más o menos buena. Pero esto es un producto malísimo. El peor presidente de los EE.UU. que he visto nunca, sin glamour, tosco, basto, poco preparado, superado por las circunstancias.
Lo del piloto en la nave de los malos ya es para nota. Y que sea el presidente el que, en una especie de copia vintage de la guerra de las galaxias, al final destroce a los malos... pues como que no.

viernes, 10 de febrero de 2017

PAKULA, Alan. J. La decisión de Sophie (1982)



   Una película magnífica. Con una interpretó soberbia, de las que hacen época. Meryl Streep está impresionante. Y me ha gustado mucho Kevin Kline, quizá su mejor película, o la mejor que yo le recuerdo. Es un actor raro, encasillado en comedias de situación, y que no ha dado todo lo de sí que se le esperaba.
   Pero en esta cinta la verdad que lo hace muy bien. Aunque siempre realiza papel alegres, no dramáticos.
   La verdad es que es una cinta dura, de las que impresionan, por lo menos a mi, y de las que dejan huella. La sensibilidad se mezcla con la dureza y consigue una mezcla singular. Desde luego la vida que tuvo Sophie no es extraña para la época en la vivió, llena de contradicciones, sufrimientos, dureza, martirio... Su decisión final está marcada por las de antes y en eso no hay nada nuevo para el género humano. Somos responsables de lo que elegimos, pero a veces el tipo de elección que tenemos que hacer es tan dura, tan difícil, tan dolorosa, que irremisiblemente marca nuestra vida, el resto de nuestra vida. Y además, cuando eliges ya sabes que luego, más tarde, cuando toque, tienes que volver a elegir. Es decir, las alternativas que luego tienes, vienen mediatizadas por lo que elegiste antes... Es la vida, pero en este caso exponencial hasta lo impensable.

jueves, 9 de febrero de 2017

WALSH, Raoul. Rio de plata (1948)

   Walsh te hacia un Wester con cuatro actores, una trama cualquiera y un de escenarios interiores, sin apenas exteriores. Es un director muy sólido, muy bien vivido, muy bien articulado, uno de los grandes de verdad, con 82 películas como director, lo cual es una auténtica barbaridad, propia de la época, en la que se rodaba sin descanso, de forma continua, en un sistema de producción en cadena que a veces, precisamente por esa prisa, deterioraba el resultado artístico final.
   Eso sí, con dos actores magníficos. Un error Flynn en estado de gracia y una gran Ann Sheridan, de factura clásica y siempre, como todas ellas, limitadas en sus capacidades dramáticas por el tipo de cine que se hacía, aspecto en el que influía la concepción del propio director y de los productores. En aquella época, salvo excepciones, las mujeres mostraban su belleza en la escena, que servía para proyectar el guión según los impulsos de los machos alfa... Y en esta película se sigue este guión. Las posibilidades de desarrollo del papel de la Señora Moore son muy grandes, y, sin embargo, queda reducida a ser la acompañante del héroe.
   La trama es muy interesante, pero el desarrollo del desplome económico del imperio del protagonista no está bien explicado. No se desarrolla los matices, ni las consecuencias, y luego esto tiene un efecto perverso, que no sabes por qué vuelve tras la muerte del candidato a senador, su amigo que participó como abogado.
   Este tipo de películas del Oeste, tipo hombre hecho a sí mismo al estilo de ciudadano Kane son comunes en el género, y suelen estar bien hechas. Esta en concreto es buena, perfectamente revisitable.

§ 3.891. El 7º día (Carlos Saura, 2004)

  Sucesos bien conocidos, especialmente por un extremeño, y singularmente por uno que estudió derecho, como es el que escribe, en aquellos m...