martes, 22 de noviembre de 2016

BERGMAN, Ingmar. Fresas salvajes (1957)

Me gusta. Es muy buena. No es tan impactante como el manantial de la doncella, o el séptimo sello. Ni siquiera tiene la belleza de Persona o el Huevo de la Serpiente. Pero es suya, no hay la menor duda. Es onírica, de una visualizad significativa, con una intelectualidad apabullante... Una especie de road movie diferente a las clásicas americanas, una búsqueda iniciatica de sí mismo a través de sus recuerdos. Y siempre la vida, la prole, los problemas existenciales de la vida. ¿Quién es cada uno?, ¿para qué se vive?, ¿cuáles son los valores esenciales de la vida?.
Recuperar las vivencias juveniles de una señor mayor que está un poco de vuelta de todo para reflexionar sobre qué ha sido su vida, cómo está su hijo (que no quiere tener hijos), las relaciones con su nuera, con la mujer que cuida, cuál es el recuerdo de su mujer ya fallecida a través de los ojos de un niño enamorado en un verano en el que la búsqueda de fresas era la principal ocupación.
¿Qué son las fresas?. El sexo quizá, la pasión amorosa, le virilidad de la juventud. No lo sé. Pero no hay un elemento de una película de Bergman que no tenga alguna razón de ser, un por qué.
Me han encantado los actores. Además de Bibi Andersson, que es su musa más importante, dejando al margen a su segunda mujer, me ha parecido impresionante Victor Sjöström. Una interpretación prodigiosa, es capaz de mostrar emociones con solo mover la cara. Los años le pesan lo que le tienen que pesar...
No se hace nada pesada, como sí ocurre con otras suyas que tienen mucho metraje. Es más, parece que falta cinta y recorrido.
Seguro que al verla de nuevo detecto cosas que no he apreciado. En concreto me llama la atención el muestreo de personajes que entran y salen de la cinta. El matrimonio con el accidente de coche. ¿Por qué un accidente, por qué de coche?. Y los muchachos, ¿qué pintan, qué representan?. La juventud nada más. No. Hay claves escondidas en la cinta. Que hay que ver de nuevo.
Como todas las suyas me impresionan muchísimo.

sábado, 19 de noviembre de 2016

FERRER, José. El infierno de los héroes (1955)

Una más de esas de misiones especiales medio suicidas que constituyen un género en sí mismo, pero que no han sido superadas por los Doce del Patíbulo, de la que esta es antecedente claro.
No es mala, aunque en algunos momentos se hace un poco tediosa.

viernes, 18 de noviembre de 2016

HUGGINS, Roy. Los forasteros (1952)

Mejor película de lo que al principio parecía. Se ve muy bien, quiero decir que se visualiza correctamente, con un color muy intenso, sin movimiento, y también se escucha muy bien. Es una muy buena copia.
Tiene muy buen guión, la trama está bien construida, los actores muy en la línea de lo que se requiere, con un Lee Marvin que parece que está desde el final de los días, y un Randolph Scott que está soberbio. Parece hecho para cintas como esta. Oeste fácil, algunos tiros, buenos y malos totalmente definidos, chica guapa arrebatadamente fuera de lugar, por su trajes, por su peinado y por su situación en la cinta, y algunos malos. Pero malos no muy malos, no perversos, no sádicos. Malos para tener un punto con contrapunto sobre el que edificar el discurso.
Y el mensaje final: que el amor redime, que es capaz de modificar comportamientos, hábitos, formas de ser, pasado... Historia repetida, una y otra vez, en multitud de cintas, especialmente en las del Oeste.

jueves, 17 de noviembre de 2016

WELLMAN, William A. La escuadrilla Lafayette (1958)

Normalita. No propia de su autor, gran cineasta. Al parecer tiene aspectos autobiográficos, pero no consigue la emoción de otras cintas suyas.

martes, 15 de noviembre de 2016

CROMWELL, John. Cautivos del deseo (1934)

Buena adaptación de una novela de W. Somerset Maugham titulada "Servidumbre humana". La cinta se veía bien, pero se movía un poco en algunas escenas y el granulado no dejaba apreciar bien el blanco y negro.
Leslie Howard lo hace muy bien, representa bien lo que pretende ser. Y Bette Davis está soberbia, magnífica, extraordinaria, con unos ojos muy singulares, una caída de párpados muy singular.
Un metraje muy contenido, 83 minutos, sirven para contar la historia, pero lo fotografía no es especialmente buena.
La novela es muy superior a la película, que no es capaz de transmitir fidedignamente lo que quiere expresar la historia. En la película queda como una curiosidad más, como un amorío, no transmite la angustia de vivir, de sentir que sí es capaz de narrar la novela. Hay, al parecer, varias versiones, pero este tiene que ser de las primeras, y, probablemente, de las más clásicas.

lunes, 14 de noviembre de 2016

BRAHM, John y DE TOTH, André. Semilla de odio (1944).

Interesante cinta. Un gran drama sicológico que a veces no presenta bien la trama y otras no resuelve bien algunos problemas pero que puede tener su efectividad. Me ha gustado, aunque no se consigue un resultado muy logrado. Es efectiva, pero poco más.

§ 3.893. Exorcismo (Juan Bosch Palau, 1975)

  Al calor de la moda impuesta por el éxito internacional (y sin precedentes) de la película de William Friedkin El exorcista (1973), la ind...