El agua, la película trata sobre el agua y los problemas que puede acarrear. Sobre cómo se afronta la escasez del líquido elemento parajes que carecen de ella y se necesita para dar de beber al ganado. Dos familias, dos fincas, dos ranchos enormes, con miles de cabezas de ganado, en medio una tercera finca que tiene agua y que de todo la vida ha permitido que abreven las reses de las dos fincas colindantes.
El extranjero que va a contraer matrimonio con la hija de uno de los dos terratenientes observa los roces de las familias desde una óptica práctica, intentando analizar las cuestiones no desde la emotividad, sino desde la razón, apoyando sus acciones en cabeza y no en músculo. Rehuye cualquier tipo de enfrentamiento con el Mayoral de la finca, secretamente enamorado de su novia. El conflicto está más que servido.
Excelente película, con un desarrollo emocional muy intenso aunque pausado, un guión excelente y una filmación escrupulosa. Wyler es, qué duda cabe, un excelente cineasta. Todas son películas son muy intensas, muy espesas, nada es causalidad, todo tiene trascendencia, no deja cabo sin atar.
Adopta una perspectiva como convencional para un Westher, no se trata del "más chulo del barrio", de "tiro porque me toca", sino de una posición moderna, racional, no emotiva, desapegada de la lucha, la fuerza y la potencia, más cercana a una situación madura, racional, potente pero callada, no alacarosa pero intensa.
Magnífica película, como todas las suyas.