jueves, 11 de junio de 2015

WISE, Robert. Nacido para matar (1947)

Buena película, de cine negro, melodrama noir... Con caminos trazados pero muy agradable de ver. De estas hay cientos, algunas dan totalmente en el clavo, otras no tanto, esta está a medio camino, ni es una grandísima obra del género, ni es mala de solemnidad.
Claire Trevor es una belleza serena, una femme fatal pero ya mudaría, no es esa arrebatadora belleza de las mujeres absolutamente tótem tabú del cine, pero es muy guapa, y le da una carga de emotividad más que interesante. Él es para mi un desconocido, muy al estilo de Danna Andrews o Fred McMurray, hierático, demasiado estilizado para quien es, poco propenso a las emociones, rígido...

miércoles, 10 de junio de 2015

NEGULESCO, Jean. Los conspiradores (1944)

     Película de factura clásica. Mujer bellísima, enredo de espías internacionales, guerrero solitario frente a los nazis (el holandés errante) y una trama con una velocidad inusitada, con una de virajes sobre sí misma difícil de seguir en algunos momentos, pero siempre interesante. Sigue un poco ese esquema tan circular y a veces neurótico de La Máscara de Dimitirás, pero sin tanto éxito.      
     En algunas escenas, por el volumen de personajes secundarios podría parecer que está viendo Casablanca, o el Halcón Maltés. No sólo por Paul Henreid, naturalmente, sino también por Peter Lorre, y el gordito del Pájaro Azul de Casablanca que no sé cómo se llama. Pero también por el volumen de secundarios desconocidos, esos trajes grises, esos sombreros, esas cigarrillos, esas ropas.
     El problema de estas películas, siendo esta magnífica, estupenda y sumamente satisfactoria, es que se fía todo a la capacidad del espectador de creer la trama e imbricarse en ella. Y a veces se mucho fía. La mirada de Lamarr a veces no es suficiente. Es una mujer de una belleza desafiante, imperiosa, arrebatadora, pero no es una gran actriz, a mi no me lo parece. Es un poco hierática, y no muy expresiva, aunque tiene un pelo y una mirada absolutamente arrebatadora.
     Negulesco es un director a seguir, a ver toda su filmografía. Muy interesante.

martes, 9 de junio de 2015

DAVES, Delmer. El tren de las 3:10 (1957)

Estupenda película, gran Westher, con interpretaciones magníficas, tanto de Glenn Ford, faltaría más, pero sobre todo de Van Heflin, un gran desconocido para mi hasta hace relativamente poco pero que muestra esa clase media de actores americanos absolutamente imprescindibles, magníficos.
A veces un hombre tiene que hacer lo que tiene que hacer, sin parar a pensar qué ocurriría si no lo hiciese, sin detenerse por las consecuencias que ello pudiera generar, más o menos desagradables. Delmer Davis es un grande, muy bueno, magnífico, estupendo.

lunes, 8 de junio de 2015

FLEISCHER, Richard. Cuando el destino nos alcance (1973)

Título precioso, que no tiene nada que ver con el original, que es el de la comida sintética que se fabrica con cadáveres. 
Dos imágenes para la eternidad. Cuando se recogen manifestantes con buldozer y cuando se muera, la forma moderna de morir, viendo imágenes idílicas y bucólicas de la tierra, los animales.
Rara en su concepción, pero bueno, se puede ver. Es peor de lo que creía.

sábado, 6 de junio de 2015

DI SILVESTRO, Rino. Las deportadas de la SS (1976)

Horrorosa, después de este porno light sólo queda el clásico del porno en conventos de monjas. Qué mierda de película.

miércoles, 3 de junio de 2015

BENEDEK, László. Salvaje (1953)

   El nuevo hombre ha llegado. Un nuevo estilo de vida, de forma de ser, de capacidades, de sentimientos, un hombre incomprendido y a la vez fácil de entender, básico en sus pretensiones, complejo en su tratamiento.
   Un hombre que se sabe rebelde pero no sabe por qué, que se conoce en combate, pero no contra qué o contra quién. Que lucha pero desconoce para qué. Un hombre que no sabe pedir perdón, que no puede porque nunca lo ha hecho, un hombre al que nadie le dice lo que tiene que hacer, y, sin embargo, todo el mundo le dice lo que no tiene que hacer. Un hombre que no teme a la policía, a la sociedad en la que incrusta, un hombre que no le tiene miedo a nada, quizá sólo a sí mismo.
    Un nuevo modelo de vida se augura en la cinta: trabajar toda la semana y desparramar el fin de semana. Toda una cultura el ocio que todavía hoy subsiste, que todavía hoy se lleva en la sangre y en la piel del lumpen proletariado.
     La película tiene dos méritos. Implementar una iconografía muy clara del nuevo hombre rebelde: vaqueros cortos, botas altas, chupa de cuero, gafas de rock... ese look permanece todavía como uno de los más reconocibles de los que cine ha dado. Y segundo, crear un personaje que sobrevive a sí mimos: ese nuevo hombre del que hablamos, callado y resignado a su vez a su suerte, que se sabe no muy buena, incapaz de canalizar sus emociones más allá d ella fuerza bruta, de la fuerza salvaje, de la emoción basada en enormes dosis de potencia, de "camión en cacharrería"...
   Me parece una película que marca un nuevo género de cine, por la fecha o por lo importante de su impronta, por su estética y por la pose y actuación de sus actores. Es una película en la que todavía hoy, más de sesenta años después puedes encontrar arquetipos del funcionamiento de la juventud actual, ese pasar desdeñoso por la vida, ese pasotismo ante todo y ante todos, ante el sufrimiento y ante la alegría, esa dependencia del alcohol para aspectos lúdicos.
   Brando pues enorme, como siempre... Me ha sorprendido Lee Marvin. Me ha sorprendido que en tantas y tantas películas clásicas interviniese, es todo un clásico. Me recuerda, en este aspecto a Robert Ryan...

§ 3.896. La última señora Anderson (Eugenio Martín, 1971)

  Una acercamiento al cine de suspense británico de toda la vida. Rodada en los exteriores de Londres, supongo que con personal británico, e...