Pues aunque le tengo manía a Mc Laglen tengo que reconocer que es una gran película. Una gran película para los estándares mediocres de su director.
Es un canto al individualismo, a la familia digno de estudio. El hombre por el hombre, frente a la sociedad. La necesidad de ser quien se es, por encima de otros que digan cómo se tienen que hacer las cosas. Desde ese punto de vista está bien narrada. No se entiende bien cómo puede desarrollar ese rancho tan satisfactoriamente sin recurrir a los esclavos, quizá al algún discurso moral sobre este punto se echa de menos en la cinta.
Pero aunque se deja ver, hay algo que no sé muy bien explicar que impide considerarla una gran película. Los planos están bien, los diálogos son inteligentes, tiene ritmo, incluso cambios de ritmo, algunos diálogos consiguen expresar muy correctamente el espíritu del sur, pero hay un no sé qué que hace que no sea una magnífica cinta.
De las ocho o diez que tengo de su director es sin duda la mejor.
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