jueves, 5 de octubre de 2023

§ 3.139. Dime que me amas, Junie Moon (Otto Preminger, 1970)

De una dureza inusitada. Sobre todo si tenemos en consideración la fecha de su filmación, 1970 en la que todavía no existía la conciencia que hay hoy en día sobre la violencia sobre la mujer.
Y, como todo Preminger, me parece una obra de arte. Una película notable. Probablemente una de sus últimas grandes películas. Un tema difícil, muy duro, y que para que funcione tiene que ser tratado con una naturalidad y una sensibilidad especial, amén de tener que manejar todos los recursos cinematográficos con una gran habilidad. Me ha encantado la cinta. Al estilo de las mejores del maestro de su última época.
Tiene un mensaje de optimismo y vitalidad perfectamente homologable a cualquier tiempo y lugar. El tratamiento de las enfermedades de los personajes están abordadas desde la más absoluta naturalidad. La alegría, el amor, el respeto y las ganas de vivir no tienen nada que ver con la salud. Es una actitud vital, nada que ver con nada. Es un motor interior.
Llega al fondo del asunto con naturalidad, desde la ternura y la naturalidad. 
El papel de Liza Minnelli es salvaje, brutal, de una intensidad mayúscula, difícil y todo un reto para una gran actriz. Los otros dos compañeros son Ken Howard y Robert Moore. También interviene como pescadero James Coco, que nada más aparecer sabes que estás ante un gran actor.

miércoles, 4 de octubre de 2023

§ 3.138. El juego perfecto (William Dear, 2009)

 

Bueno. Una película basada en hechos reales. Por momentos emotiva, algo intrascendente en el fondo y con un discurso sencillo y directo. No es mi tipo de cine. Además el cine sobre los niños o con presencia masiva de niños no me agrada. 
Todos los tópicos de ambos géneros -niños y deporte- se concitan para formar un fresco entretenido por momento pero algo pesado, tanto por el excesivo metraje como por la falta de pulso y nervio. Es interesante, hay que ver de todo y está bien rodada, pero termina siendo superficial y epidérmica.

§ 3.137. El canario amarillo (Herbert Wilcox, 1943)

 

Peculiar historia de amor en el trasfondo de una la IIGM. La cinta es de 1943, es británica y tiene un cierto aire propagandístico. Nada es al final lo que parecía ser al principio, ni los personajes -antes buenos, luego malos, y al revés- se comportan como debería dados sus antecedentes. Una historia peculiar, por momento de teatro, dado el espacio cerrado y los pocos personajes que intervienen, que va complicándose hasta alcanzar un punto de thriller más que interesante. Me ha parecido una gran cinta. De las que me gustan.
La actriz, muy caracterizada con un pelo muy singular que evidentemente recuerda a una nazi, es Anna Neagle. A partir del año de la película fue la esposa del director. Creía que había visto alguna película suya, pero no es así, es la primer que veo, porque toda su carrera, más de cuarenta cintas las hizo con el directo de ésta, con su marido. Excepto una, que tampoco he visto.
El actor es Richard Greene, del que he visto una de Ford: Cuatro hombres y una plegaria, y dos de Preminger, Ambiciosa y el Abanico de Lady Windermere.
Me ha gustado mucho por momentos, en otrs decae. Pero en general es bastante potable.

martes, 3 de octubre de 2023

§ 3.136. No soy ningún ángel (Wesley Ruggles, 1933)

Un cine un poco arcaico, tanto en las formas como en los encuadres y tomas, como si fuera pasado de moda. Una historia como otra cualquiera pero contada de una manera un tanto burda. La copia se ve perfectamente, en un blanco y negro muy nítido.
Todo al servicio de Mae West, actriz y guionista. Quizá esto último sea mucho decir, probablemente reescribía sus lineas de guión para darle ese punto picarón y mordaz que la hizo tan famosa. Esos dobles sentidos, esa ironía tramposa y siempre con varias vertientes interpretativas. Un ejemplo: - ¿Cuánto estas metidas en esto?; - Como una aceituna en un martini.
No era un bomba sexual, realmente no era excesivamente guapa, simplemente 'resultona'. Pero dicen que tenía un gran desparpajo, y una gran capacidad para organizar negocios satisfactorios. Bajita, algo regordeta, creo que con miopía -por la forma de mirar, algo vacua y sin mucho enfoque- pero con muchas caderas y movimientos (que en su momento fueron) muy sensuales.
Cary Grant es un auténtico monstruo. En la comedia, en el drama, como galán. Versátil, elegante, con un porte sensacional.
La cinta es interesante, aunque este tipo de comedio no es de mi estilo de cine. 

lunes, 2 de octubre de 2023

§ 3.135. Todo el mundo gana (Karel Reisz, 1990)

 

Una película que quizá pudiera dar para más. No es exactamente un melodrama judicial, pero tiene visos de película mediocre. La dramatización de la historia no cuaja. Hay algo raro, algo que no funciona bien. Lo que se esconde es lo importante. Y quizá se deja demasiado a la imaginación del espectador.
Sobre todo cuando narra el interés de ella en él. Es totalmente ficticio, fuera de lugar, impropio. No es ni razonable ni adecuado. No tiene demasiado sentido. Un hombre con experiencia y bagaje personal, social y profesional no se deja embaucar de esa manera. No un hombre como Nolte, que es el prototipo de hombre viril, fuerte, y con gran personalidad.
Un juvenil y rejuvenecido Nick Nolte, con una bellísima Debra Winger, que, en verdad, está en estado de gracia. Qué belleza. Les acompañan: el securrio Will Patton, Judith Ivey, y un Jack Warden tan serio y potente como siempre.
El guión es de Arthur Miller, sobre una obra propia. Parece raro que un grande del teatro y de la literatura vuelva a la brega de un trabajo tan exigente como el de guionista. Seguramente tuvo mucho libertad en sus actuaciones.

domingo, 1 de octubre de 2023

§ 3.134. Unión pacífico (Cecil B DeMille, 1939)

 

Un Western canónico, de los de siempre, con mucha historia. Una película de gran formato, con alto sentido patriótico, una especie de epopeya moderna. Una película que incluso puede tener un cierto espíritu pedagógica, pues puede ayudar a explicar lo que, visto desde nuestra perspectiva actual, puede considerarse una decisión estratégica capital: la construcción de un ferrocarril que hubiera ambos Océanos. Estoy convencido que a Sergio Leone esta película le encantaba. Ciertos planos de la construcción del ferrocarril de su Hasta que llegó su hora (1968) están claramente inspirados en algunos de esta cinta. Aunque, naturalmente, son películas radicalmente diferentes, tanto en el tono como en el fondo.
DeMille tiene algo en su forma de rodar que lo hace una especie de clásico intemporal. No es que rodara muchas películas, pero cinta por cinta, como se diría en boxeo cuando se menta el kilo por kilo para determinar, sobre todo sonoras. Sí es cierto que tiene muchas mudas, pero las sonoras en casi treinta años no son muchas. Pero todas especiales, interesantes y muy míticas. 
El reparto de esta cinta es, sencillamente espectacular: Barbara Stanwyck, tan espléndida como siempre, brutalidad emocional, sencillez en el trato, y perfidia en la mirada, Joel McCrea, algo impostado y, como siempre que le veo en papeles duros, poco creíble, falto de mala leche; Akim Tamiroff, Robert Preston, tan grande como siempre, Brian Donlevy tan su característico  bigotito, y Anthony Quinn, con poquísimo metraje (no creo que llegue a cinco en pantalla).

§ 3.133. Perros callejeros II (José Antonio De La Loma, 1979)

 

Bueno. Lo que se esperaba. Cine "quinqui" en estado puro. Un tipo de cine absolutamente incomprensible para cualquier cinéfilo que no sea de este país.
Un tipo de cine básico, emocional, primario. Agarrado a las tripas, al estomago, en donde el guión, la trama, los diálogos nada tienen que reflejar en la dinámica de la trama. Tiene un aire dramático que, por momentos, pretende elevarse a algo más de lo que es.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...