martes, 23 de noviembre de 2021

§ 2.527. Murder is my beat (Edgar G. Ulmer, 1955)

Excelente película de cine negro, de un grande del cine que no tuvo excesiva suerte en el gran mundo del espectáculo. Quizá le faltó un éxito comercial incontestable, quizá la revisión de su cine ahora encuentra caminos más fáciles de apreciar que en aquel momento en el que él rodaba. No sé. Le tengo por un maldito del cine, a lo mejor estoy equivocado.
Protagonizada por un soso pero eficaz Paul Langton y por Barbara Payton, una actriz maldita, alcohólica y drogadicta de muy mala fama y peor carácter.
Un guión muy de la época, rodado en perspectiva retrospectiva, de la realidad hacia atrás, con recuerdos de cómo sucedieron las cosas. Bien valorada aunque duramente criticada por las pocas críticas que han redactado los aficionados.
Mantiene el interés, tiene algo de tensión sexual no resuelta y el climax de la historia se va escenificando poco a poco hasta llegar al punto culminante.
Me ha gustado mucho. Un blanco y negro precioso y una música suave que acompaña en los momentos en que no hay diálogo completan una gran cinta.

lunes, 22 de noviembre de 2021

§ 2.526. Me hicieron un fugitivo (Alberto Cavalcanti, 1947)

Cine negro de calidad de un director para mi desconocido. Brasileño radicado en Inglaterra y de carrera medianamente prolífica.
Interesante propuesta que gira alrededor de una venganza. Robos, cárcel, huída, asesinatos...
Muy interesante es el papel de la chica, fuera del rol tradicional de acompañante del jefe de turno. Aquí se dedica a pensar, organizar las cosas, estudiar las posibilidades, actuar...
El protagonista es Trevor Howard, que está magnífico, y ella es Sally Gray, buena actriz que estaba apurando sus últimas películas.
Blanco y negro muy logrado, un metraje contenido y una música muy poco intrusiva completan las características de la cinta. Quizá no sea recordada -hay muchas muy parecidas- pero se deja ver, entretiene y hace que pases el rato. Una más, de entre tantas. No destaca especialmente, pero no desentona. 

domingo, 21 de noviembre de 2021

§ 2.525. La Ley (Jules Dassin, 1959)

Peculiar cinta, llena de oscuridad que va revelando poco a poco las pasiones más intrincadas de las personas. Un pueblo cerrado, de interior, con calor, con pasiones privadas y públicas que muestran sin recato alguno, más por costumbre que por convencimiento. También se muestra el sur de Italia, con sus mujeres curvilíneas y algo pícaras, con esa mirada absolutamente felina hambrientas de sexo, pasión arrobada, control sobre los hombres bajo la apariencia de sumisión.

Los hombre, profundamente machistas, dominantes de su casa y entregados a pasiones fuera de ella. 

El choque cultural, social, económico e incluso ideológico que experimenta un joven ingeniero agrónomo destinado a un pueblo del sur para realizar determinados trabajos de desecación de pantanos es brutal. Los terratenientes dominan la sociedad, reparten el trabajo, caciquean toda la vida del pueblo, hacen favores, entregan divisas, dinero...

Un reparto muy interesante: Gina Lollobrigida en uno de sus clásicos papeles, el todoterreno Marcello Mastroianni, Melina Mercouri, y el varonil y gran actor Yves Montand completan esta producción muy 'italiana'.

El planteamiento realista de que el juego de la vida se basa en que el jefe impone las reglas de juego no está muy alejado de lo que realmente ocurre. Las situaciones de superioridad -moral, jurídica, económica, etc.- se basan en que el que verdaderamente manda impone las leyes que rigen el desarrollo del asunto, que es capaz de decidir cómo funcionan las normas que gobiernan y disciplinan todo el asunto.

Y de eso trata la película, exponiendo las relaciones humanas y sus pasiones con una crudeza y un bestialismo tan desusado que hasta duele. Las humillaciones de palabra y obra que se infieren unos a otros son descarnadas. ¿Cómo se comporta realmente el ser humano, cuando se contiene y cumple los estándares sociales de contención y sosiego, o cuando se muestra sin freno y sin límite dando rienda suelta a sus pasiones más inextricabelmente unidas a su ser?

Interesante propuesta, que supongo gran fracaso de público, no sé de crítica, por las dificultades de entender de qué trata realmente la cinta.

§ 2.524. Prisionero del mar (Gillo Pontecorvo, 1957)

Primer largometraje de un director muy especial, que, con sólo cinco películas ocupó un lugar muy destacado en la historia del cine italiano y que para nosotros será siempre el director que escenificó el asesinato por la banda criminal ETA del por entonces Presidente del Gobierno español Luis Carrero Blanco a escasos trescientos metros de la sede de la embajada de EE.UU. en pleno centro de Madrid en 1973.
Las otras cuatro son: Kapò (1960); La batalla de Argel (1966); Queimada (1969) y  Operación Ogro (1979).
Drama alrededor de la tensión que se respira entre pescadores con red y pescadores con bombas en una pueblo cerrado de Italia.
Para mi es su peor película. Pretende recordar a Stromboli, pero es mucho peor película, naturalmente. El ambiente no es tan opresivo y, además, el papel de la mujer es meramente testimonial, y no protagonista como en la obra maestra de Rosselini.
Una situación laboral conflictiva en un pueblo de pescadores italiano por el cierre de una cantera favorece que algunos trabajadores se ocupen de realizar la pesca con explosivos. Un pescador lo hace habitualmente (Yves Montand). Un brigada de ese mismo pueblo le persigue habitualmente. En una de esas persecuciones un chico que le ayudaba a transportar los explosivos se cae al suelo y fallece. Era el novio de su hija mayor.
Es además un cierto lider entre los pescadores, escapa de la persecución de los brigadas y todavía no ha sido apresado por su prácticas ilegales. Entre sus compañeros no está bien visto, y algunos de ellos le tienen verdadera inquina, particularmente dos, nuestro  Francisco Rabal, y Terence Hill (padre e hijo). El chico está enamorado de la hija del pescador, pero ella sigue enamorada de su novio fallecido.
El problema que muestra es que se gana mucho más dinero con explosivos que pescando con red. La tensión emocional está bien conseguida, pero no penetra en la problemática laboral ni emocional con fuerza y vigor. Parece el contesto y no la trama.
Se ha comprado un motor nuevo para la barca con el que poder salir más lejos y escapar de la policía en caso de persecuciones.
Se encuentra enredado en su propia dinámica. Si vuelve a pescar con red no ganará tanto dinero como antes, pero vivirá más tranquilo, si continua con la práctica ilegal continuará siendo perseguido por el nuevo brigadier, que se ha propuesto cazarle con las manos en la masa y encarcelarle.
Todo parece cambiar con el accidente que sufre el padre pescando con bombas. Tiene una relación peculiar entre su padre y él.
La llegada de una nueva cámara frigorífica gestionada por una incipiente cooperativa puede ser la solución para que las artes tradicionales de pesca remuneren la actividad de una forma satisfactoria.
Él, sin embargo, viéndose perseguido y cazado  por la policía decide hundir su propio barco, con el motor nuevo que acaba de comprar y que todavía no ha pagado. Tiene que recuperarla, pero está a treinta metros de profundidad y nadie puede ayudarle porque no quieren bajar sin escafandra. Las letras del motor han sido protestadas, y el drama que se avecina se desencadena irremisiblemente.
El personaje está marcado en el pueblo. Sus hijos se pegan con otros niños por culpa del padre.  El amor de la hija con el hijo del enemigo parece que va a ser la salvación de la familia.

§ 2.523. Encubridora (Fritz Lang, 1952)

Un Western diferente, distinto, incluso feminista. De gran influencia posterior, no tanto en los Western crepusculares, sino en el propio cine. Quizá Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954) no se entiende sin esta cinta, por ejemplo.
Me ha gustado mucho Arthur Kennedy, que está soberbio. Nunca me había gustado tanto. Sereno, con carácter, firme. Un gran papel. A Marlene Dietrich, y a Mel Ferrer ya les he visto en varias películas, naturalmente, y siempre me han gustado, pero en este visionado he redescubierto a Kennedy.
La copia que he visto (en Trece TV, en el programa de J. L. Garci) no es muy diferente a la que yo tengo. Ambas merecerían una restauración en toda regla. Se ve bien, pero no de forma nítida, sino con granulado, y a veces ligeramente borrosa. Supongo que habrá mejores copias, pero ésta no es del todo buena. Llama la atención que no se haya abordado la restauración de esta película, siendo su director una auténtica celebridad del cine.
El guión es una maravilla, una especie de retrospectiva sobre Altar Keane en el primer tercio, para abordar la venganza en la segunda parte. Está desarrollado por Daniel Taradash, que luego dirigió una película con mucho recorrido "En el ojo del huracán".


jueves, 18 de noviembre de 2021

§ 2.522. La caída de los dioses (Luchino Visconti, 1969)

Obra compleja, difícil de seguir, delicada, sumamente trabajada en todo el diseño de producción. Un Dirk Bogarde imperial,  acompañado de una absolutamente maravillosa Ingrid Thulin, Helmut Griem, un perturbado y pervertido Helmut Berger y Charlotte Rampling, tan poca cosas como siempre, pero aquí sin la cobertura que patrocina ser el mito erótico en el que luego, más tarde, se convirtió. Un reparto excelente.
Irreverente, faltona, escandalosa, provocativa, con guiños homosexuales, pero profundamente moral. Es una exposición cruda de una realidad que no se quiso ver en su momento. "El nazismo lo hemos alimentado en nuestras fábricas" dice en un momento el personaje que se opone al nazismo en la familia. Y es verdad. Una gran verdad. 
Lógicamente plantea únicamente un punto de vista, el de altísima burguesía privilegiada y muy adinerada. Pero quizá es donde mejor se aprecie la ruptura moral entre los miembros de la familia. Los personajes están muy bien caracterizados: el patriarca que pertenece a la tradición alemana culta y sofisticada que odia a Hitler y todo lo que es representa. La hija viuda que tiene un amante al que pretende llevar a la dirección de la siderurgia familiar, y un hijo abiertamente homosexual. El amante de ella, advenedizo borracho de ambición y poder. El nazi reconvertido en lo que "sea" con tal de ganar la guerra interna en la familia, su hijo músico; el vicepresidente que se opone a los nazis y tiene que salir huyendo dejando detrás a su mujer y sus dos niñas.
Las tensiones del poder están muy bien representadas, los halagos de poder, la tensión artificial que sobre todo el entramado empresarial crean los nazis, el arribismo de los recién llegados, la frivolidad de los ricos de cuna que creen que todo le da igual, que nada les va a pasar.
Tiene algo de película clásica, de las de siempre, pero con un lenguaje moderno, diferente, sobre todo al representar las bajezas y miserias de la condición humana. A veces con una sordidez muy cruda, sobre todo cuando insinúa las pulsiones pederastas del hijo de la marquesa, al que literalmente se le deja hacer lo que le de la gana con tal de que haga presidente de la compañía a su amante. Solo falta un poco de necrofilia para sumar una aberración sexual más al catálogo de las que expone. No entiende muy bien la conexión entre poder y sexo, porque la relación que expone entre la hija del magnate y su amante no es, ni por asomo, sexual. Sólo manifiesta alguna pulsión el hijo de ésta, abiertamente homosexual que: se cuesta con una prostituta y siente deseos sexuales por una niña. Parece como si las relaciones sexuales heterosexuales no generasen conflictividad o morbosidad. Entre ellos no hay la más mínima prueba de afecto sexual. Antes al contrario, parece como si su relación fuese un juego de poder entre los protagonistas.
Tiene imágenes míticas de la historia del cine: el baile del travestido al comienzo, la quema de libros... En general la escenografía está cuidadísima, los trajes de nazis con ese negro que entra por los ojos, los trajes de las mujeres, los abrigos, los trajes de los civiles, las joyas, las vajillas, etc. Lo que pudiéramos llamar la "iconografía del poder" está muy bien representada, porque, básicamente, ese era su propósito.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

§ 2.521. La vida secreta de las palabras (Isabel Coixet, 2005)

Muy interesante propuesta de una directora muy celebrada, culta y con gran estilo. Cuando la he oido alguna vez en algún postcat sobre cine siempre la he escuchado decir cosas llenas de criterio, mesura y sentido cinéfilo.
Su propuesta estética es preciosista, detallista, delicada, algo minimalista...
Nunca pensé la de cosas que ocurren en una plataforma petrolífera. No es, al menos no lo parece, el sitio ideal al que ir de vacaciones.
Me ha gustado mucho. Tiene algo del pasado que te persigue, de la enfermedad que te castiga, del peso de la culpa, de lo enigmático que pueden llegar a ser las relaciones con los demás, la incapacidad de comunicarse con los demás como una enfermedad, como una lesión que no te deja ver. A medida que él va sanado de su lesión en las córneas ella va abriéndose a expresar lo que le ocurre. 
No es que sea fascinante, porque no es la palabra, ni tampoco interesante, que tampoco es lo más correcto. Es que es mantiene la atención de una forma singular. Tiene algo de thriller, de historia de misterio, de amor, de amistad. Me parece una película magnífica.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...