miércoles, 8 de mayo de 2019

§ 1.626. La mosca (David Cronenberg, 1986)

Me ha parecido espléndida. Sutil y muy lograda. Las películas de ciencia ficción no me agradan, pero esta es distinta. Mitad película de culto, mitad ciencia ficción. Versión paranoica de la clásica película de cine B de los años 50 para consumo doble en cines de medio mundo. Es un remake de una cinta del mismo nombre de 1958 de un director para mi desconocido: Kurt Neumann.
Con unos protagonistas magníficos, tanto Jeff Goldblum, muy en su papel de siempre y Geena Davis musa del cine de los años 80.
El cambio de carácter de él después de la teletransporación está muy conseguido. Se ha hecho más fuerte, mental y físicamente. Su vigor físico es tremendo.
Ha conseguido que la descomposición del yo y su construcción definitiva de nuevo yo consiga un ejemplar más perfeccionado de sí mismo. Pero le ha cambiado el carácter, su forma de ser, su manera de abordar las cosas, las relaciones y el sexo básicamente. Definitivamente algo no funciona, algo va mal. Su cambio físico es evidente, su aspecto y su presencia física, muy lograda en la cinta. ¡ Se está conviendo en una mosca !
Y el resto de la película trata de desvelarnos qué es eso que no funciona y cómo puede ella ayudarle...
Geena Davis estaba empezando en el cine, con su guapura tan peculiar, su mirada tan significativa, su presencia tan imponente. Su pelo rizado sigue pareciéndome insufrible.

martes, 7 de mayo de 2019

§ 1.625. Los jueces de la ley (Peter Hyams, 1983)

La vi hace muchos años, y la recordaba como es. Mala, con buen propósito, pero con incorrecta ejecución. Una película que impacta mucho a quienes la ven por primera vez y estudian Derecho. Es una clásica película que puede ponerse en una Facultad de Leyes. Plantea problemas morales, técnicos, jurídicos, axiológicos. Y adopta una decisión drástica con respecto a su solución. Una decisión equivocada. 
El desarrollo es correcto, incluso el guión pero tiene tanta previsibilidad, su desarrollo es tan trillado, camina de una forma tan previsible, con tan pocos cambios de ritmo, con una manera tan progresivamente de caminar que aburre. Sabes lo que va a ocurrir, pero es que este director no es Bergman, es otra cosa. Pretende entretener, y lo consigue -a medias-, pero no se puede ver dos veces. Es pura trama, y eso no queda después de verse, sobre todo si los actores no son especialmente dotados. En este caso son Michael Douglas, y Hal Holbrook. Douglas está bien, correcto, pero Holbrook está impresionante, soberbio, tremendo. Es un gran actor, qué duda cabe. Con un físico muy rotundo, y una cara expresiva, muy americana.
"Alguien ha secuestrado a la justicia y la ocultado en la Ley", le dice el juez experimentado al joven, Holbrook a Douglas en la conversación clave de toda la película, cuando le propone participar en ese tribunal de última apelación que revisa los casos sangrantes en donde había duda sobre la aplicación de las garantías procesales.
El argumento es interesante, por más que retorcido es provocador. Y hace pensar.
Pero aunque la película en general puede verse, quizá quince minutos menos hubiera sido el metraje correcto, no es del todo buena. Tiene algo, pero no lo concreta. Es como ese examen que sabes que está bien, que es correcto, que está aprobado, pero no tiene nada aprovechable, más que servir para aprobar. Eso le pasa a esta película, sirve para ser una película.

lunes, 6 de mayo de 2019

§ 1.624. Pisando fuerte (Phil Karlson, 1973)

Película, al parecer muy conocida en EE.UU. que tiene  varias secuelas y un remake, también con secuelas. Se inspira, al parecer, en una historia real. Un ex-jugador de Beisbol llamado Buford Pusser vuelve a su casa después de volver de la guerra del Vietnam y se encuentra que su pueblo está plagado de maleantes que gobiernan desde un casino ilegal todo el juego y la prostitución.
Después de acudir allí casi por causalidad -con un amigo- y perder dinero en una apuesta con truco le dan una paliza tremenda. 
Él se venga de ellos dándoles, a su vez, una paliza a todos ellos. En el juicio contra el le declaran inocente. Y se hace Sheriff. En contra del criterio de su mujer. 
La verdad de la historia es que consigue su objetivo, limpia la ciudad.
Su primer caso es la muerte de varios negros por haber bebido alcohol casero adulterado.
La película se hace un poco pesada, mucho metraje. Interpretada por el Joe Don Baker actor limitado pero muy americano, con esa dureza de carácter del blanco sureño del medio oeste. 
El personaje en el que se inspira murió, al parecer, el mismo día que firmó un contrato para hacer una segunda parte de esta película esta vez él como protagonistas.
La actriz protagonista es Elizabeth Hartman, mujer de vida difícil, suicidada no demasiado mayor, con serios problemas mentales y con no demasiadas películas.
Phil Karlson ya había hecho sus mejores cintas, algunas de las mejores de la Serie B, en las que era conocido como el Rey. Estas películas ya en los setenta no aportan mucho, nada especial. Son totalmente prescindibles. La última que tenía algo de chispa, más por la temática que otra cosa, fue Nido de avispas (1970), Codirigida con Franco Cirino.
Dejó buenas cosas, que a mi sí me agradaron: El cuarto hombre (1952), Trágica información (1952), Calle River, 99 (1953), Testimonio fatal (1955), 5 contra la banca (1955), El imperio del terror (1955), Los hermanos Rico (1957), Desde el infierno a la eternidad (1960) y La cabalgada de los malditos (1967).
Con el mismo actor hizo también Con la misma moneda (1975), tan floja como esta.

domingo, 5 de mayo de 2019

§ 1.623. La diosa (John Cromwell, 1958)

Película de gran complejidad, más de la que aparenta. Película claramente teatral. Pocos actores, intenso guión con diálogos muy trabajados, con intensidad en la interpretación y un sustrato de amargura más que interesante.
Dominado todo por la actriz Kim Stanley, solida interprete de teatro que hizo su debut cinematográfico con esta cinta. No hizo muchas más, veinte dice Filmaffinity que hizo. En algunos momentos el papel le quedaba mal, era mucho más mayor que la niña a la que interpretaba.
Una niña guapa de clase humilde no soporta las estrecharas de su vida en un pueblo y sueña con ir a Hollywood para convertirse en actriz de fama. Conoce casualmente al hijo de un actor algo desequilibrado con el que se casa. La escena con la niña es tremenda, es real, pero tremenda, purísima.
Ella, en el fondo, se comporta cómo lo hizo su madre con ella. Exactamente igual. La niña vive con su padre, al que se la cedió con tres años. No la ha visto nunca desde entonces.
Una ambición desmesurada, propia de caracteres mal formados. El contrapunto lo pone Lloyd Bridges, que, como casi siempre, lo borda.
Su segundo matrimonio es con él, que interpreta a un ex-boxeador de los pesos ligeros. No puede vivir sin la necesidad de medrar, de subir, de progresar, de ser reconocida, de triunfar, pero triunfar desde el aplauso general, no desde su vida completa, no desde la naturalidad de su tranquilidad, familiar o profesionalmente. Ella quiere el aplauso total, la rendición de sus admiradores... ...ella no sabe lo que quiere.
La película rezuma complejidad, profundidad y amargura. La búsqueda de la felicidad es una aspiración muy humana, muy básica, necesaria para vivir, y para entender cómo funciona la vida. Es oscura, deprimente y por momentos dura de ver, desagradable incluso. Apreciar cómo se desmorona el segundo matrimonio, desde el aburrimiento y el hastío, desde la normalidad de la vulgaridad del día a día.
Me ha gustado mucho la complejidad femenina de la protagonista, la tortura interior que soporta por ser querida, reconocía, apreciada. Y cómo en esa búsqueda no hay obstáculo que se le ponga por delante.
A medida que va creciendo profesionalmente se va pudriendo por dentro, endureciendo y perdiendo el alma. El papel de ella es impresionante, lleno de sutileza y vivencias, de matices y requiebros. Me ha gustado mucho.
Cromwell tiene un estilo reconocible, no soy capaz de expresarlo pero me recuerda mucho a Cautivos del Deseo. Esa forma de hacer sufrir, ese encanallamiento de las relaciones, la profundidad erosionante del día a día.

§ 1.622. Platoon (Oliver Stone, 1986)

La recordaba distinta. Más apegada a la visión del general, y, la verdad, me ha gustado su apreciación desde la visión del soldado. El de reemplazo, el normal el que todos queríamos ser en ese tipo de guerra

jueves, 2 de mayo de 2019

§ 1.621. Al filo del mañana (Doug Liman, 2014)

Pues, sinceramente, las películas de ciencia ficción no me agradan, generalmente. Pero esta sí tiene algo. 
Para empezar la idea de un desembarco, como el de Normandía pero para pelear contra alienígenas, no contra Nazis, forma paródica de llamar extraños a alguien con quien convivíamos en la gran Europa. Los enemigos son una especie de arañas.
La otra cosa interesante es que, como si de un videojuego se tratase, el protagonista muere una o otra vez al comienzo de la batalla hasta ir perfeccionando cada vez más su forma de luchar, su forma de seguir jugando, como si se tratada de usar pantallas de un juego de ordenador. 
Es un juego divertido en el que aprender a jugar es aprender a sobrevivir. Sobre todo porque aprende que para cambiar el destino de sus primeras muertes debe hacer cosas distintas. Por eso, cada vez que cambia su forma de comportarse suceden cosas distintas... Es como si se tratase de una alegoría del aprendizaje. Haces una cosa, no sale bien, lo intentas de otra manera, tampoco... hasta que aprendes de manera definitiva.
Pero lo interesante es que no terminas de jugar hasta que ganas, pero, a diferencia de la vida real en la que no sabes que tienes más oportunidades, en este juego sí sabes lo que ocurre, que vas a repetir una y otra vez la misma historia, la misma situación, las mismas oportunidades.
La repetición de los mismos actos para la realización de los mismos problemas no es una solución razonable.

miércoles, 1 de mayo de 2019

§ 1.620. Vivir de noche (Ben Affleck, 2016)

Historia muchas veces contadas, pero en manos de Ben Affleck nueva mejor. He visto dos cosas suyas antes, Adiós pequeña adiós (2007) y Argo (2012), las dos magníficas. Este no es tan buena como cualquiera de aquellas. Está muy bien trazada, desde el principio al fin, con un guión muy trabajado que, a pesar de los varios cambios que tiene de escenarios y personajes no aburre ni confunde.
El ascenso y caída de las bandas y las venganzas internas que provocan todas las guerras tienen sus consecuencias que él domina durante un tiempo. Cae en desgracia, se ofrece al rival de quien le ha hecho daño y todo vuelve a cambiar. Del ron a los casinos, de lo ilegal a un negocio completamente legal, el sueño de todo mafioso, pasando por el Ku-Kus-Clan, todo un poema, toda una alegoría de para qué sirve la mafia.
Él como actor funciona bien, no tiene muchos registros, no es sutil ni tiene una capacidad de representar varios personajes -siempre es el mismo- pero funciona.
La chica negra no sé como se llama, quizá sea Zoe Saldana, pero no estoy seguro.
Es un poco larga, como todas las suyas recuerdo, pero en esta en concreto sobran minutos, aunque esa es una percepción que tengo con muchas películas, la mayoría.
El tratamiento de la violencia no es larvado sino explícito, pero no se regodea en él. Forma parte del argumento de la cinta, y no se puede eludir para contar la historia.
Está bien, es buena, se deja ver y tiene buen fondo.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...