domingo, 24 de septiembre de 2017

WHITE, Susanna. Un traidor como los nuestros (2016)


Las adaptaciones de la novelas de espías no suelen ser tan interesantes como los guiones escritos para el cine. Esa es al menos mi percepción. Las de Le Carré no han estado bien adaptadas al cine, más allá de la de Martín Ritt (El espía que surgió del frío, 1965) no recuerdo excelentes adaptaciones. También recuerdo El sastre de Panamá (2001), de John Boorman, pero no es tan buena como aquella.
Esta no lo es. Se puede ver, es entretenida, pero poco más. Una hora y media de entretenimiento... Sin más. Contables rusos que quieren huir a Inglaterra y a cambio ofrecen datos relativos a los sobornos que la mafia a pagado a políticos británicos. Todo tan normal como la vida misma. 
El actor que interpretaba al Ruso sí conseguía una interpretación aceptable. Y también el espía británico, pero el protagonista no llega, en ningún momento, a conseguir una incursión aceptable en su personaje. Tampoco su mujer, que es negra, probablemente como guiño a El Factor Humano, la película de Otro Preminger sobre novela de Graham Greene.

sábado, 23 de septiembre de 2017

PERRY, Frank. Duelo a muerte en Ok Corral. (1971)

   Incidente clásico de la historia norteamericana sobre el que hay muchas películas. Que yo recuerde las siguientes: Wyatt Earp (1994), de Lawrence Kasdan; Tombstone (1993), de George P. Cosmatos; y, quizá la mejor, Duelo de Titanes (1957), de John Sturges.
   Ésta estará, más o menos, a medias entre la de Cosmatos, quizá la peor, y la de Sturges, sin duda la mejor, aunque la recuerdo con un metraje cortísimo, 70 minutos, quizás 80, de esas con las que te quedan ganas de seguir viendo, de ver más, o incluso otra película.
   No me ha parecido una gran película. Tiene matices, y el actor principal, marmóreo y pétreo, en algunos momentos puede transmitir algo de piedad, de pasión, de determinación, pero en general es bastante plano, no puede con la historia, es más un actor para otro tipo de temática. Recientemente vi una de John Huston sobre Boxeo, Fat City, ciudad dorada (1972), en la que llevaba mejor el papel, también principal como en esta.
   Pero es que, además, el personaje de Wyatt Earp en esta cinta esta interpretado por un actor de lo más plano: bigote hierático, mirada acuosa, temple basado en la contención sentimental, malo envuelto en la palabrería de la política pueblerina...
   Sí es capaz de hacernos visualizar la historia desde una perspectiva de antihéroe, en donde las motivaciones para actuar no camina por el lado de la bondad o de la filantropía. El incidente refleja una historia de poder, muestra un momento en el que un Sheriff con pretensiones de hombre público, ávido de gloria y, sobre todo, de dinero, decide imputar falsamente un delito a un enemigo antiguo para poder presentarse a las elecciones de Sheriff con el bagaje de haber derrotado al crimen. Pero es mentira, ni esa familia había cometido ese crimen, aunque sí muchos otros, probablemente todos merecedores de pena y castigo, ni el tenía verdadero interés en detenerlos y ponerlos a disposición de la Ley. Pretende, simplemente, matarlos para poder presentarse como un redentor. Es una visión muy distinta del mito americano...

viernes, 22 de septiembre de 2017

BERGMAN, Ingmar. Ciudad portuaria (1948)


Todas las películas de Bergman tiene algo singular, especial. Temáticas siempre muy duras, muy desgarradoras, dramáticas, muy fuertes.
Temperamentos encontrados, aborto, soledad, el papel disciplinador del reformatorio de los menores, padres enfrentados y peleados. Tremenda temática.

lunes, 18 de septiembre de 2017

KAZAN, Elia. Los visitantes (1972)


No me ha gustado. No digo que sea mala, pero no me gusta esta temática. Tiene alguna reminiscencia de Perros de Paja y de esa pléyade de cintas sobre los traumas del Vietnam, tipo Corazones de piedra y demás...
Actores muy poco conocidos, que intervinieron en muy pocas películas posteriormente, excepto James Wood, que sí puede decirse que ha tenido una carrera larga y medianamente digna.
La sensualidad de la protagonista no es acorde al drama por el que los visitantes han llegado. No es razonable acomodarse la ropa como lo hace y vestir de una manera tan provocativa. Por eso comento que tiene algo de perros de paja.
El sadismo del soldado, del teniente, es muy expresivo. No entiende muy bien por qué no ha hecho más películas, al menos de este tipo. La verdad es que sí ha hecho más cintas, pero todas muy mediocres. Quiero decir que quizá hubiera encontrado acomodo en producciones algo mejores, más artísticas, menos de la industria B.
Es una temática que me repugna, la rechazo. Además no comprendo la complacencia de ella hacia el teniente psicópata. No es comprensible. El rechazo del padre al novio de la chica puede tener explicaciones que no se ven en la cinta, pero no es comprensible que ella sienta algún tipo de atracción por el teniente, por mucho que pueda ser el prototipo de marido que el padre de ella quisiera para su hija.
La violencia del soldado hacia el teniente está justificada, o al menos es explicable. Pero la película no va a ninguna parte.
La provocación para la pelea puede parecer algo similar a un duelo del Oeste -el padre de ella escribía historia del Oeste- pero tampoco tiene mucha coherencia interna.
Es una película rara, fuera de los cánones de calidad y del estilismo de su director, muy reconocido en su primera etapa, algo menos en esta segunda.

MANKIEWICZ, Joseph L. El castillo de Dragonwyck (1946)


Gótica. La primera de un director magnífico, realmente uno de los grandes. Con una belleza como Gene Tierney absolutamente preciosa, con una belleza sugerente, singular, distinta.
Una trama conocida antes de ver la película, típica en el género, como Luz de Gas, de Cukor. El castillo se parece mucho al que se quema en Rebeca de Hitchock.
Me ha gustado, pero no es su mejor película, ni mucho menos. Está bien pero no es el Fantasma y la Señora Nuir, ni Eva al Desnudo, ni Operación Cicerón, ni Cleopatra, ni mujeres en Venecia.

§ 3.399. Los últimos juegos prohibidos (Michael Winner, 1971)

  No sé muy bien cómo elegía Brando las películas que quería rodar. Supongo que a estas alturas de su carrera priorizaba otras cosas que la ...