martes, 17 de mayo de 2016

KUROSAWA, Akira. La fortaleza escondida (1958)


Magnífica película. Estupenda de verdad. Una iconografía realmente muy vistosa, como casi siempre en Kurosawa. Con su actor fetiche, Toshiró Mifune. La historia es sencilla, y la cuenta estupendamente. Lo cual nos lleva al análisis reflexivo siguiente: contar una historia es una cosa, y vivirla es otra. Un director de cine es capaz de contar la compra del pan del día de manera específica, singular, propia, cinematográfica.
Que esta sea la historia que inspira la guerra de las galaxias creo que es dejar volar la imaginación demasiado lejos. Claro que tiene una cierta cercanía con esa historia, una princesa en un país extranjero que tiene el propósito de reconstruir un pueblo y que debe volver a su casa para conseguir ese propósito. Aquí se acaban las coincidencias. Lo demás es intentar encontrar antecedentes cinematográficos donde no los hay. Nada que ver con Yojimbo, de la cual sí puede decirse que hay una copia fidedigna, literal: La muerte tenía un precio.
Gran cinta en definitiva.

lunes, 16 de mayo de 2016

HITCHCOCK, Alfred. Pánico en la escena (1950)

Buena película. Muy en la línea suya. Con una Jane Wyman para mi irreconocible. Jovencísima, tanto que podría pasar por otra mujer, aunque ya con la cara ovalada tan típica de Ángela Channing de todo la vida de después...
El guión es una obra de arte, todo un prodigio de exquisitez y requiebros, los intérpretes muy en sus papeles, contenidos y no excesivamente histriónicos...
Una más del genio.


viernes, 13 de mayo de 2016

AMENABAR, Alejandro. Regresión (2015)

Este señor sabe lo que hace. Me falta Mar adentro y Ágora, pero todas las demás me han gustado mucho. Este pretende ser oscura, hechizante, profunda a su manera, sobre un tema de moda en un momento concreto, con dos tabúes circulando sobre el escenario: el maltrato infantil, y las sectas satánicas. Casi nada.
La música está demasiado alta en ocasiones y aunque pretende ser un sonido de fondo tras las conversaciones a veces, muy a menudo, dificulta el seguimiento de la propia conversación.
El cambio brusco, casi al final, de temática: de sectas satánica a chantaje de una niña demasiado lista no está suficientemente explicado, ni tampoco por qué es todo un fraude, qué consecuencias tuvo en la sociedad americana, cuál ha sido el desarrollo posterior de la cuestión, ¿sigue de moda esta moda?
Ethan Hawks está soberbio, magnífico, estupendo. Contenido, comprometido, lleno de matices dentro de su tosquedad.
Lo que me llama la atención son dos cosas. En las primeras escenas se explica que el FBI ya había investigado estas cuestiones y las había abandonado, porque carecía de la más mínima prueba sobre el asunto.
La segunda es la falta de consistencia que desde el primer momento se aprecia en la argumentación de la niña. Si se ve por segunda vez probablemente se aprecian mejor estos matices.
Por otra parte nada sabes de la vida del protagonista, ni por qué está sólo, ni cuál es la razón por la que todo este tema afecta sobremanera a la niña. Nunca te deja ver alguna duda del personaje, ni tampoco por qué todo le desequilibra tanto, ni si tiene compañeros.
Es, en general, una buena película, de un director con talento.
No sé si habrá conseguido penetrar en EE.UU., que probablemente era lo que quería con esa cinta.

jueves, 12 de mayo de 2016

ALDRICH, Robert. Ataque (1956)

El valor es una actitud que se le supone a un militar. Cuando se carece de él no sólo no se es militar, sino que se es un cobarde. Y de eso trata la cinta, buena e intensa, como todas las de Aldrich, y tensa, muy tensa, muy propia de él.
Jack Palance es un buen actor, un poco sobredimensionados, siempre en el exceso, un poco histrión, pero cumple sobradamente, sobre todo en este tipo de papales de hombres excesivos, mayúsculos, sobredimensionados. Héroes improbables en escenarios inéditos.
Buena película, en definitiva.

miércoles, 11 de mayo de 2016

MANN, Anthony. Desesperado (1947)

Me gustan este tipo de películas. Sé que son un tanto alimenticias para sus autores, no son sus grandes obras, eran películas que les servían para aprender el oficio, poder tratar con actores, dominar la industria, adquirir experiencia... para poder hacer las películas que querían hacer años después. Pero su consumo es fácil, tienen un marcado sesgo propio, destacan de la medianía.
El tono en el que se desarrollan es el que se espera, su temática la de siempre: la epopeya de un hombre frente a su destino.

§ 3.390. Sacco y Vanzetti (Guiliano Montaldo, 1971)

  Una muy buena película, con una crítica dura al sistema político americano, su aversión a los sindicatos libres de trabajadores y a todo l...