domingo, 11 de febrero de 2024

§ 3.299. Persecución hasta Valencia (Julio Coll Claramunt, 1968)

 

Bueno. "Distrito quinto" y "Ensayo general para la muerte" eran otras cosas. Aquí pretende un thriller rápido, 'setentero', muy 'americano', influido por las nuevas generaciones de cineastas yankis, que le dieron una vuelta de tuerca al género. Pretende emular, por ejemplo, a Don Siegel y su Código del hampa, que es de 1964.
Le sale 'regulín' el experimento. La profundidad psicológica de las obras anteriormente citadas es mayor, aquí escasea. 
Tom Tryon (un actor no excesivamente prolífico [El Cardenal, El día más largo], pero respetable escritor de novelas y relatos cortos, entre ellos Fedora, llevado al cine por el gran Wilder) y José Bódalo (haciendo de malo, lo cual me es extraño, y mucho más delgado de la imagen que tengo de como hombre metido en años y kilos) llevan el peso de esta cinta.
Un guión es un poco confuso, y la acción pretende ser trepidante pero sólo lo consigue por momentos. 
Bonitas tomas (algunas) de Barcelona, pero sin abusar de los espacios abiertos. Las escenas de acción no son gran cosa. Bueno, dejan mucho que desear. 
El guión tiene fallos irrazonables, y el traje que me lleva el protagonista, un color crema oscuro, es, sencillamente, horroroso.
Es algo amanerada, no ha envejecido bien, pero se deja ver. La mezcla de superficialidad y trascendencia no funciona. Por momentos quiere ser ligera, otras interesante, pero se queda en intrascendente. 
Es corta, 93 minutos, y la veo básicamente por ser del director que es. De las que se olvidan fácilmente.

§ 3.298. Nadie oyó gritar (Eloy De La Iglesia, 1973)

 

Qué guapa era Carmen Sevilla, recientemente fallecida tras una larga enfermedad.
Qué gran actor era Vicente Parra. Inolvidable en la Semana del asesino. Qué empaque tenía. Mirada de seductor, cuerpo grande, barba florida, y unas gafas de pasta muy de la época.  Mejor actor él que ella. El duelo interpretativo tiene su gracia. Me recuerda a Los tres días del cóndor (Sidney Polack, 1975).
El enfoque que le da siempre De La Iglesia a sus películas es realmente atractivo. Planos de larga duración con enfoques no muy cercanos. Silencio y utilización de sonidos histriónicos patrocinan un ambiente exquisito y algo elitista, en el sentido de no para todos. Algunos planos picados, de abajo hacía arriba, o al revés patrocinan un peculiar sentido del miedo y del gore.
El guión es interesante, algo inverosímil pero interesante. La idea de ir revelando las cuestiones por las que decidió asesinar a su mujer es muy inteligente. Y apoyarse en escenas retroactivas también. Me ha gustado mucho.

§ 3.297. Jugando con la muerte (José Antonio De La Loma, 1982)

 

Pues el reparto no lo es todo. En este, no sé muy bien por qué, intervienen, nada menos, que George Peppard, Max von Sydow,  y Chuck Connors. No sé. Esa pregunta de qué puede salir mal. Pues eso. A lo mejor no se trata sólo de nombre, sino de un cúmulo de cosas que para que funcionen tiene que tener una coherencia interna. Y esta película no la tiene. 

sábado, 10 de febrero de 2024

§ 3.296. El demonio de la armas (Joseph H Lewis, 1950)

 

La última vez que la vi fue el 6 de octubre de 2016.

§ 3.295. La tumba del pistolero (Amando De Ossorio, 1964)

Una del Oeste de Serie B hispánica. Con todos los buenos y todos los malos caracteres. Tiene algo de "Cometieron dos errores" Ted Post (1968), pero con más defectos, una tónica más lineal, menos matices y peores actores.
Aun así tiene su gracia. Es la mejor película que he visto de Ossorio. Muy interesantes son el blanco y negro que emplea, y los paisajes abiertos, canchales y pedregosas tierras que bien pudieran ser de Extremadura (aunque probablemente será de Madrid).
Algo sobreactuado en los personajes, el sheriff es el más comedido, que pretenden acentuar tanto los matices que se hacen algo histriónicos. El pistolero es George Martin, Mercedes Alonso es la chica, Jack Taylor el malo y Luis Induni el Sheriff. 
Creo que es mejor de lo que parece y el cine español no anda sobrado de Western. Tiene un metraje contenido y aunque por momentos es irregular se puede ver y disfrutar.

§ 3.294. La noche del terror ciego (Amando De Ossorio, 1972)

Un poco lo de siempre. Zoombies, un poco de destape, algún plano interesante, un metraje comedido, buenas localizaciones exteriores, y una trama ortodoxa en la dinámica cinematográfica de aquellos años.
Lo mejor de todo son los planos en la edificación antigua, probablemente unas ruinas de una Catedral o Iglesia abandonas hace decenas de años. Entretenida por momentos, pero baja de calidad y contenido.
 

jueves, 8 de febrero de 2024

§ 3.293. Beeman, el magnífico (Brian De Palma, 1972)

 

Una de las primeras de De Palma, experimentales todavía, poco maduras y sin una gran aportación personal. Escoradas hacia la comedia y la sátira, la farsa y el humor absurdo, llenas de gag, de golpes de efectos en los que se mezclan imágenes con sonidos, en donde las tramas son difíciles de imaginar. Tramas locas, más allá de las comedias de situación. Es un paso más evolucionado que las simples tramas de risas, de situaciones difíciles o comprometidas. En esta en concreto el absurdo es lo que gobierna la comicidad de la historia, pero no consigo reírme con ninguno de los gag. 
La continuidad de la trama es más que dudosa, las implicaciones emocionales del personaje a veces aparecen y otra no. No se explica bien por qué quiere abandonar la vida rutinaria a la que está sometido. Cuál sea la razón por la que quiere convertirse en mago tampoco queda claro. 
La cinta no tiene comicidad, no tiene un propósito definido, ni  desarrolla un mensaje propio. Me parece un experimento con un resultado más que deficiente. Aparecen motivaciones y circunstancias delirantes: un afinador de pianos, la carta de dimisión, la pulsión sexual desenfrenada de ella, la búsqueda de hotel...
Un delirio tras otro. No me ha gustado nada.