lunes, 21 de marzo de 2022

§ 2.648. Siempre estoy sola (Jack Clayton, 1964)

 

Una retrato íntimo y personal de una mujer que ha contraído varias veces matrimonio y siempre está rodeada de niños (5, cuatro de anteriores matrimonios). Algún tipo de trauma o problema previo, incluso de tipo psiquiátrico, parece rondarle la cabeza. La técnica del flashback conecta a la mujer con su pasado, mientras que la narración actual siempre está en tiempo presente. 
Una magnífica Anne Bancroft en todo su esplendor da cuerpo a un relato desencantado sobre la vida matrimonial, los celos y las infidelidades. Tiene una belleza 'griega', algo impersonal y clásica, con formas suaves y, a la vez, muy definidas.
Peter Finch es un actor de una pieza, algo rudo y nervioso en esa ocasión, más sosegado a medida que pasa la cinta. James Mason, eficaz como siempre, en un papel de cínico que no le va nada mal. Bueno, es difícil que hiciera algo mal en el cine.
Es una película rara, algo tenebrosa, un poco de terror, llega a ser agobiante. No llegas a saber cuál es la razón de mal que subyuga a la protagonista. ¿Mantener relaciones sexuales sin tener descendencia?, ¿miedo al sexo?, ¿insatisfacción sexual?

domingo, 20 de marzo de 2022

§ 2.647. La caza (Carlos Saura, 1966)

Película muy célebre del cine español Una introspección algo decadente sobre sí mismos y los demás, en una sociedad -la tardo franquista- ya herida de muerte en sus pretensiones de mantenimiento en su fórmula.
Sombría y desencantada. La soledad, los rencores, los celos, la amargura de las relaciones humanas, especialmente las de pareja, y ausencia total de esperanza. El saber que los días son iguales, que los tiempos pasados fueron mejores y no volverán, que no hay proyecto para el futuro.
El trazado de las relaciones entre los personajes es lo destacable de la cinta, su valía. La puesta en escena de esas relaciones su propuesta estética.
Carlos Saura es, desde luego, un grande del cine español. Un autor tremendamente prolífico y muy apreciado por público y crítica. Le tengo por muy influyente en las nuevas generaciones de cineastas, esos que se encuentran a medio camino entre lo clásicos de los cincuenta y las nuevas generaciones que darían un salto brutal con la apertura política y la transición democrática.
Una amargura de película, un retrato descarnado de una clase social muy singular, muy de la época.

§ 2.646. A pleno sol (René Clément, 1960)

 

Un clásico del cine francés. Es la tercera o cuarta vez que la veo y aunque siempre es agradable verla el impacto que te produce la primera vez es imposible de reproducir.
La novela también es estupenda, es de Patricia Highsmith. Tiene un remake: El talento de Mr. Ripley, de Anthony Minghella de 1999, también estupenda. Hubo un momento, hace años, que leí bastante a Highsmith y no me pareció, ni de lejos, su mejor novela. Aunque quizá sí era de más fácil traslación al cine. No sé. En cualquier caso la película es absolutamente redonda, magistral, cerrada y perfectamente engarzada.
Alain Delon está magistral, joven, absolutamente guapo, viril, con ese punto salvaje y canalla que tanto gusta a un tipo muy singular de mujer. En el fondo no deja de ser el retrato de un asesino, que pone su talento al servicio del mal.
De Clement he visto otras dos películas: Los felinos (1964), y  ¿Arde parís? (1966). Las tres son estupendas, magníficas de verdad.

sábado, 19 de marzo de 2022

§ 2.645. Nadie puede vencerme (Robert Wise, 1949)

 

Una película de boxeo con todos los cánones: apuestas amañadas, boxeadores fracasados, mujeres semifatales, utilleros poco dotados intelectualmente, cuentas que saldar, y, sobre todo, una excelente película de boxeo. Parece que estás en el ring, peleando, desando machacar a tu adversario, simplemente no amigo... Cuatro asaltos son suficientes para mostrar lo que un maestro director de cine quiere mostrar.
Un obra maestra.

jueves, 17 de marzo de 2022

§ 2.644. El poder del fuego (Michael Winner, 1979)

 

Interesante propuesta muy de la época, de finales de los setenta. Lo tiene todo para que fuese una cinta de más fuste, más potente. Un reparto brillante (Sophia Loren, James Coburn, O.J. Simpson,  Anthony Franciosa, Vincent Gardenia, George Grizzard y con intervenciones muy puntuales de Eli Wallach y Victor Mature), una música sugestiva (Gato Barbieri), una trama rápida y vivaz, ambiente exótico y alma de thriller. 
Y tiene buen desarrollo pero le falta esa genialidad que tienen o no tienen algunas cintas, y esta no la tiene. Se deja ver, por supuesto, de gusto ver a Sophia o a Coburn, pero carece de densidad, de profundidad, no es la forma de contar sino la manera en que se narra.
La complejidad del inicio no se desenvuelve, cuesta en algunos momentos seguir a los personajes y el hecho de no ver al personaje que se busca en gran parte de la cinta dificulta saber cómo evoluciona la película. Pero no es mala. Es una película normal y corriente de esa época. Sin más.

martes, 15 de marzo de 2022

§ 2.643. La duda (John Patrick Shanley, 2008)

 

Un ambiente áspero y desagradable que sólo puede condicionar los juicios y las apreciaciones sobre cosas que se desconocen.  Cuanto más interés se pone, bien por uno mismo bien por las circunstancias, en ver el mundo y lo que nos rodea de forma desagradable, más se confirma esa apreciación. El punto de vista y la perspectiva desde la que se miran las cosas determina nuestro juicio.
Los abusos sexuales encubiertos no tienen nada que ver en este asunto, es una mera excusa.
Muy bien el reparto de actores: Meryl Streep como siempre, excepcional en su papel. Philip Seymour Hoffman en la línea de su siempre ascendente carrera, truncada no se sabe dónde ni por qué. Y muy bien el papel de Amy Adams, una chica guapa que no quiere que se la encasille. 

lunes, 14 de marzo de 2022

§ 2.642. El ojo del diablo (Ingmar Bergman, 1960)

Onírica, barroca, estéticamente decadente, superficial en su planteamiento, edonista pero profunda en sus pretensiones morales. El bine, el mal, los sueños, la realidad. El pecado y la religión, tan comunes en Bergman tienen una interesante derivación con esta cinta. El mito del Don Juan elevado a la enésima potencia como redentor del mismísimo diablo, que necesita que se pierda la 'virtud' de una muchacha para que le sane un orzuelo.
La fábula arranca del proverbio que dice "la castidad de una mujer es un orzuelo en el ojo del diablo". Sobre ella construye su película, con pretensiones de sueño vivido y relato fantástico.
Muy reconocibles la fantástica actriz Bibi Andersson, y el característico Gunnar Björnstrand. Los demás actores no me son conocidos.
Me ha gustado mucho, tiene ese punto cínico sobre la realidad, esas distancia que se toma para establecer su crítica a las costumbres, a la sociedad, a los `bienpensantes'.