BERGMAN, Ingmar. Los comulgantes (1963)

   Maravillosa cinta, indiscutiblemente suya... No hay más que ver dos fotograbas para saber de quién es. Sus dos problemas que le torturaron toda la vida: el sentimiento religioso y las relaciones de pareja juntos en un mismo escenario. 

   Llama la atención, y mucho, la capacidad que tiene para realizar escenografías maravillosas con poquísimo recorrido. No tiene más que una sala blanca, que es una iglesia, una escuela y un par de tomas en el exterior, netamente sueco.

  Qué casualidad, la iglesia y la escuela como lugar de encuentro y desarrollo de las personas, mitad organizadora de la personalidad, mitad represoras de uno mismo.

   Los actores, magníficos, sobre todo el sacerdote, interpretado por Gunnar Björnstrand, que sólo escribirlo se me hace difícil...

MATÉ, Rudolph. El León de Esparta (1962)

Historia varias veces vista, siempre con un mismo trasfondo de realidad, la batalla de Las Termópilas, y el aniquilamiento del ejército de Esparta.

Hace no relativamente mucho tiempo vimos también una de Roben Rossen sobre una temática muy parecida, aunque anterior en el tiempo: Alejandro el Magno (1956). Me recuerda también a una muy violenta que vimos hace tiempo ya: Los 300 (Snyder, Zack, de 2006), una especie de dibujos animados y realidad virtual...

Esta es buena, está bien hecha, se deja vez y no aburre...
Es la última película de Maté, que es un director muy interesante, que ya hizo, es evidente, sus mejores películas antes que esta, que es su última cinta. Tiene tres o cuatro cintas realmente maravillosas, pero esta no es una de ellas. Siendo buena no es de sus mejores películas.

PAROLINI, Gianfranco. Adios Sabata (1971)

Spagetti Westher en estado puro. No me ha parecido una gran obra. A diferencia de otras del género. Probablemente el éxito de las primeras obras peculiares de este subgénero del oeste patrocinaron otras muy menores. Lo único que tiene de noticiable esta es a Yul Brynner, que es un gran actor. Pero se encuentra en esta especialmente caracterizado, muy enfatizado su personalidad, un estereotipo de sí mismo. No me parece que sea su tipo de cine, no le pega nada. El día anterior vi Morituri, una grandísima película, también de él, y la verdad, es como de la noche al día...

El resto es totalmente prescindible... Además tiene un metraje larguísimo, casi dos horas, y se hacía interminable.

Puede ser que sea una obra cumbre del género, pero a mi no me lo parece...

WICKI, Bernhard. Morituri (1965)

Me ha parecido una película excelente, magnífica. Muy escondida, poco conocida, de un director muy encasillado en películas de guerra, como ésta, aunque, en realidad, no es una cinta de guerra, no hay tiros, no hay batallas, es más una lucha entre la conciencia y el deber, entre los dos polos con los que se construye una conciencia.

El marinero alemán pero no nazi frente al vividor que necesita llevar a cabo una misión para sobrevivir. 

NEILL, Roy William. Vestida para un asesinato (1946)

Me ha gustado mucho, muy entretenida. Director no conocido para mi. Historias del detective más conocido del mundo. Una mujer, Patricia Morison, muy guapa, no conocida para mi.

Historias sencillas, tramas fáciles, bien rodadas, con un metraje muy civilizado, con un blanco y negro que se ve muy bien, y se oye estupendamente.

Los dos actores principales tampoco eran conocidos para mi: Basil Rathbone y Nigel Bruce

KING, Louis. Río de pólvora (1953)

Una más del oeste, de un director para mi desconocido. No está del todo mal, aunque no es una gran obra. Me gusta el papel de Calhoun, actor de género y de unos papeles muy determinados, muy concreto, de duro entre los duros...

Me ha gustado.

REED, Carol. Se interpone un hombre (1953)

Siguiendo la saga del Tercer Hombre, obviamente sin ser ni tan brillante, ni tan innovadora, ni tan buena... Tampoco es Larga es la noche, ni por supuestos El tormento y el éxtasis. Ni siquiera es Nuestro hombre en la Habana. Es una obra intermedia de un director excelente.

De James Mason me gusta todo. En esta todavía no tenía forjado su interpretación característica, esa tranquilidad en la mirada, esa pose de gran señor, pausado, fiable, sincero, con esa mirada tan profunda que helaba la sangre... y hacía que apreciaras que había algo detrás de él.

La trama es buena, inteligente y está muy trabajada, con un final previsible en un contexto muy utilizado para películas de postguerra, el Berlín dividido en dos zonas que mantiene relaciones entre ellas de manera problemática...

Las dos mujeres que coprotagonizan el film están en su papel Claire Bloom me es algo conocida, no mucho, pero la otra mujer no me sonaba en absoluto.