jueves, 9 de febrero de 2017

WALSH, Raoul. Rio de plata (1948)

   Walsh te hacia un Wester con cuatro actores, una trama cualquiera y un de escenarios interiores, sin apenas exteriores. Es un director muy sólido, muy bien vivido, muy bien articulado, uno de los grandes de verdad, con 82 películas como director, lo cual es una auténtica barbaridad, propia de la época, en la que se rodaba sin descanso, de forma continua, en un sistema de producción en cadena que a veces, precisamente por esa prisa, deterioraba el resultado artístico final.
   Eso sí, con dos actores magníficos. Un error Flynn en estado de gracia y una gran Ann Sheridan, de factura clásica y siempre, como todas ellas, limitadas en sus capacidades dramáticas por el tipo de cine que se hacía, aspecto en el que influía la concepción del propio director y de los productores. En aquella época, salvo excepciones, las mujeres mostraban su belleza en la escena, que servía para proyectar el guión según los impulsos de los machos alfa... Y en esta película se sigue este guión. Las posibilidades de desarrollo del papel de la Señora Moore son muy grandes, y, sin embargo, queda reducida a ser la acompañante del héroe.
   La trama es muy interesante, pero el desarrollo del desplome económico del imperio del protagonista no está bien explicado. No se desarrolla los matices, ni las consecuencias, y luego esto tiene un efecto perverso, que no sabes por qué vuelve tras la muerte del candidato a senador, su amigo que participó como abogado.
   Este tipo de películas del Oeste, tipo hombre hecho a sí mismo al estilo de ciudadano Kane son comunes en el género, y suelen estar bien hechas. Esta en concreto es buena, perfectamente revisitable.

miércoles, 8 de febrero de 2017

COEN, Ethan y Joel. A propósito de Llewyn Davis (2013)


No me ha gustado. Las cintas intimisas de aprovechamiento de las últimas posibilidades, de redimirse a través del aprovechamiento del cáliz hasta las últimas gotas no me agradan.
Y el Folk tampoco me gusta, es una música que no entiendo, no aprecio y no valoro.
No es de las mejores de los Coen.

martes, 7 de febrero de 2017

LITVAK, Anatole. Un abismo entre los dos (1962)


La tenía guardada hace tiempo, hace mucho. La compré fácil hace 4 ó 6 años. Le tenía una cierta manía, sobre todo porque no veo a Sophia Loren en un papel tan dramático. Y me he equivocado. Me he equivocado a medias, porque quien no da el tono es Anthony Perkins, porque quien no da el metraje es él.
A mi juicio su papel queda muy atrás, más que nada porque juega un rol que no es propio. No le pega nada, nada de nada ser una especie de niño en brazos de una femme fatale.
Además no le tenía aprecio porque no la ubicaba en la filmografía de Litvak, un autor duro donde los haya, con mucha tensión dramática, con mucha carga emocional, nada dulce, nada fácil...
A si que con tal carga de emotividad negativa no era extraño que no me gustase. Y sin embargo sí le he encontrado un aire. Pero me ha parecido más una película de Clousot o de Dasín... muy francesa.
En definitiva, que me ha gustado, más de lo que creía a priori, aunque, en perspectiva no es una cinta de las grandes de Litvak, ni mucho menos. Merece la pena, pero no es una gran cinta.

domingo, 5 de febrero de 2017

MULLIGAN, Robert. La noche de los gigantes (1968)

Me ha gustado mucho. Podría ser una película de Aldrich, perfectamente, o interpretada por Burt Lancaster, por ejemplo, pero está bien. También me recuerda a Los que no perdonan, de Huston... Una del Oeste de un director no específicamente del oeste. 
Mulligan está siempre unido a Matar a un ruiseñor, sin ningún género de dudas. Es tan clamoroso el éxito, una película tan redonda, con un Aticus Finch absolutamente maravillosamente interpretado por Gregory Peck, como esta cinta. 
Esta película es muy buena. Tiene tempo, ritmo, guión, protagonistas y desarrollo.
Está muy bien.

sábado, 4 de febrero de 2017

HÁFSTROM, Mikael. 1408 (2007)

No me ha gustado nada, nada de nada. No es mi tipo de cine, ni mucho menos. 
El director me gustó con una que hizo después, [Shanghai (2010)] pero esta no me ha gustado. Por dos cosas, en primer lugar, porque no me gustan demasiado las cintas de miedo, terror y demás, y, en segundo lugar, porque esta película ya la hicieron los hermanos Coen. Se llamaba: Barton Fink y era de 1991. Varias escenas de la los Coen se repiten aquí.
El otro día vi otra, también muy mala, protagonizada por John Cusack y comenté que aunque no me gustaba mucho la cinta el actor era capaz, aunque en aquella no, de soportar por sí mismo una cinta de largo recorrido. Y este es la prueba. No se puede pedir más, en esta hace todo él, es el protagonista absoluto, parece casi una obra de teatro.
El resto de la cinta es mala de solemnidad.

jueves, 2 de febrero de 2017

SEFTEL, Joshue. Negocios de guerra (2008)


Absolutamente lamentable. Es horrorosa, indecente. No sé cómo la industria es capaz de colocar productos como estos en el mercado, y, sobre, todo, no sé para qué...
No tiene mercado al que dirigirse, es mala de solemnidad, pero lo que más me sorprende es como John Cusack ha participado en este bodrio. Es un actor decente, sabe su oficio y ha participado en un buen luchado de películas. Estas son las que te marca negativamente y no eres capaz de quitarte la mala fama de encima

miércoles, 1 de febrero de 2017

WYLER, William. La loba (1941)

Maravillosa, realmente portentosa, una gran obra, como una gran novela pero en cine...
Wyler es, sin lugar a dudas, un grandísimo autor, sólido, firme, con grandes desarrollos dramáticos, capaz de sacar lo mejor de cada actor, sin cambalaches, sin neurosis, con pausa pero con su propio ritmo...
La trama es verdaderamente impresionante, una auténtica loba que es capaz de cualquier cosa para conseguir lo que quiere, que no es otra cosa que dinero. Deja morir al marido, martirizar a la hija, despreciar a sus cuñadas, hacer de menos a un hermano, ningunear a otro, tratar con desdén a los esclavos...
Una persona muy despreciable, interpretada por un auténtico monstruo de la interpretación como lo es Bette Davis, con esa mirada de hielo, el rostro hierático, la figura erguida, los hombros altos, el pecho cerrado, la ropa hecha para ella, el tono de voz (del doblaje) es perfecta para el tipo de personaje que interpreta.
La subordinación dramática que experimentan los compañeros de reparto de Davis es para estudiarse. No he visto película de ella en la que no acontezca una presión singular, todos los demás actores quedan empequeñecidos, teniendo que refugiarse en interpretación esteriotipadas, sin demasiada libertad interpretativa, atenazados, amordazados. Es demasiado intensa.

§ 3.374. Policía, adjetivo (Corneliu Porumboiu, 2009)

  Hay que ver de todo. Eso para alguien a quien le gusta el cine tiene que ser una premisa. El director es rumano, no había visto nada suyo,...