martes, 29 de noviembre de 2016

SEGAL, Alex. ¡ Rapto ¡ (1956)

Buena película, al servicio de un gran actor, Glenn Ford, capaz de interpretar de una manera magnífica situaciones difíciles.
Donna Reed la recuerdo más en películas del Oeste poco brillantes.
El director era  novedoso para mi. Refugiado prácticamente desde el comienzo de su carrera en la televisión y no en el cine sólo tiene un puñado de películas, entre las que, probablemente, esta sea la mejor.
Trama conocida nada más comenzar la película para los espectadores de hoy día, pues a comienzos de siglo se rodó un remarke que tuvo un cierto predicamento, sobre todo por la reacción del padre del niño raptado, que es la contraria a la natural, que es pagar.
El padre prefiere no pagar porque entiende que es la forma de asegurar la vida de su hijo, si es que está vivo en el momento de tomar la decisión de no pagar. No es lo más normal, dese luego, pero desde luego tiene que ser una variable que manejen los cuerpos y fuerzas de seguridad casi con seguridad, casi permanentemente.
Matar a un niño no debe ser nada fácil, a sangre fría y por venganza mucho más.
Es una buena película, un pequeño clásico del cine, recuperado por la nueva versión. Pero esta cinta es buena, estupenda, se deja ver...

sábado, 26 de noviembre de 2016

REED, Carol. El tormento y el éxtasis (1965)

Una obra de arte. Maravillosa. Estupenda. A Rodrigo le ha encantado, por eso se la he puesto.
Tiene algo de académica la cinta, de esas que sirven para algo más que para ver, disfrutar o entretenerse. Sirven para aprender, para gozar con la sensación de aprendizaje.
No se puede hacer mejor la película. Es imposible.
Me recuerda mucho a David Lean. Los dos británicos, los dos grandes estilistas, dedicados a lo pequeño, observadores de la riqueza de matices, excelentes cineastas.

viernes, 25 de noviembre de 2016

JOHNSON, Lamont. Los que saben morir (1970)

Una película de guerra muy peculiar. Por la trama, por la forma de abordar los problemas desde el punto de vista emocional. Es un campo de concentración de soldamos alemanes en Escocia. Lo cual ya, de por sí, tiene su gracia. Sobre todo porque no sabes con quien vas, quienes son los malos y quienes son los buenos. Todo lo que hacen los alemanes por escapar tendría, en principio, que ser bien visto por el espectador, y sin embargo juegas a intercambiar las emociones y tus deseos.
Al final respetas al que intenta escapar y lo consideras como lo que tiene que ser...
Los personajes están muy bien elegidos, representan prototipos de soldados alemanes y británicos respectivamente.
El director, según he visto porque esta es la primera película suya que veo, trabajó principalmente para la televisión, aunque hizo tres o cuatro películas, de las cuales esta parece la mejor, pues es la mejor valorada en Filmafinity, base de datos canónica en este tema.
Entretenida y se deja ver, en definitiva.

martes, 22 de noviembre de 2016

BERGMAN, Ingmar. Fresas salvajes (1957)

Me gusta. Es muy buena. No es tan impactante como el manantial de la doncella, o el séptimo sello. Ni siquiera tiene la belleza de Persona o el Huevo de la Serpiente. Pero es suya, no hay la menor duda. Es onírica, de una visualizad significativa, con una intelectualidad apabullante... Una especie de road movie diferente a las clásicas americanas, una búsqueda iniciatica de sí mismo a través de sus recuerdos. Y siempre la vida, la prole, los problemas existenciales de la vida. ¿Quién es cada uno?, ¿para qué se vive?, ¿cuáles son los valores esenciales de la vida?.
Recuperar las vivencias juveniles de una señor mayor que está un poco de vuelta de todo para reflexionar sobre qué ha sido su vida, cómo está su hijo (que no quiere tener hijos), las relaciones con su nuera, con la mujer que cuida, cuál es el recuerdo de su mujer ya fallecida a través de los ojos de un niño enamorado en un verano en el que la búsqueda de fresas era la principal ocupación.
¿Qué son las fresas?. El sexo quizá, la pasión amorosa, le virilidad de la juventud. No lo sé. Pero no hay un elemento de una película de Bergman que no tenga alguna razón de ser, un por qué.
Me han encantado los actores. Además de Bibi Andersson, que es su musa más importante, dejando al margen a su segunda mujer, me ha parecido impresionante Victor Sjöström. Una interpretación prodigiosa, es capaz de mostrar emociones con solo mover la cara. Los años le pesan lo que le tienen que pesar...
No se hace nada pesada, como sí ocurre con otras suyas que tienen mucho metraje. Es más, parece que falta cinta y recorrido.
Seguro que al verla de nuevo detecto cosas que no he apreciado. En concreto me llama la atención el muestreo de personajes que entran y salen de la cinta. El matrimonio con el accidente de coche. ¿Por qué un accidente, por qué de coche?. Y los muchachos, ¿qué pintan, qué representan?. La juventud nada más. No. Hay claves escondidas en la cinta. Que hay que ver de nuevo.
Como todas las suyas me impresionan muchísimo.

sábado, 19 de noviembre de 2016

FERRER, José. El infierno de los héroes (1955)

Una más de esas de misiones especiales medio suicidas que constituyen un género en sí mismo, pero que no han sido superadas por los Doce del Patíbulo, de la que esta es antecedente claro.
No es mala, aunque en algunos momentos se hace un poco tediosa.

§ 3.350. La tragedia de la Bounty (Frank Lloyd, 1935)

  La primera versión de un clásico de aventuras. Me encantó la de Milestone de 1962. Algo menos la de Donaldson de 1984. Reparto espléndido,...