jueves, 11 de enero de 2018

ANDERSON, Michael. Sombras de sospecha (1961)


Última película del que está en los cielos. Muy bien trabajado, pero con un defecto esencial. Nadie podía creer que el asesino era Cooper, más que nada porque nunca ha hecho protagonistas de malo. Y claro, despedirse de la interpretación, y de la vida, pues según parece estaba enfermo en aquel momento, con este papel hubiera sido demasiado cruel.
Con Kerr siempre me pasa lo mismo. Es una especie de cara angelical pero muy inexpresiva, me lo ha parecido siempre, tanto en "Buenos días tristeza" de Preminger, como en "De aquí a la eternidad". Cooper es distinto, tiene, y así lo manifiesta, toda la grandeza de un hombre de mundo, todo el peso de una vida plena. Grandísimo actor. No es que Kerr no lo sea, es que no lo parece. Es como otras tantas actrices que decidieron ser guapas y parecerlo renunciando a sus capacidades de actrices, todo lo contrario que las actrices que más me gustas, con Barbara Stanwych a la cabeza, seguida del Animal más bonito del mundo o de Ingrid Bergman, por ejemplo.
La trama es muy interesante, muy bien desarrollada y con un guión muy preciso. Todas las conversaciones son sólidas y se necesitan, no sobra ninguna.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

§ 3.370. Monamour (Tinto Brass, 2005)

La historia esperada de Brass. Esperada pero lo hace bien. Un erotismo sofisticado, nada palurdo, nada romántico, fuera de los cánones explí...