lunes, 11 de diciembre de 2017

SIEGEL, Don. Contrabando (1958)


Una más de Siegel. Una más muy reconocible, con una específica visión de lo visual, del tempo del partido, de la línea directriz, de lo que se espera de una película de este tipo.
Tiene dos escenas que valen una cinta: la muerte del paralítico cuando es empujado desde lo alto de la pista de hielo al suelo, y la muerte del pistolero, cuando es tiroteado y cae desde lo alto de una autopista elevada. Son muy icónicas. La de la silla de ruedas o es copia, o innova, lo recuerdo el año de la otra, de la primera de Widmarck con Hathaway, "El beso de la muerte".
Siegel no es exactamente uno de los grandes, el alta clase media, por decirlo en términos de la escalera social, pero cuando es bueno es muy bueno.

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