sábado, 6 de mayo de 2017

MILLER, David. Los valientes andan solos (1962)


Maravillosa. Excelente. La tenía arrinconada, en el estante de la que tengo que ver. Y la compré por Kirk, no por otra cosa. No me imaginaba que era tan magnífica. Un guión absolutamente maravilloso, donde nada sobra, todo tiene una explicación, lo del comienzo vuelve al final, el pasado ya no lo es, el futuro llegará o ha llegado en forma de premonición.
El pasado es la vida libre, sin cortapisas, haciendo lo que cada uno quiere; el presente es la lucha contra los convencionalismos sociales, la vida en pareja, la prole; el futuro es donde todavía no has estado, no quieres estar pero inevitablemente tienes que ir...
Este tipo de películas, precuspulares, decadentes, con personajes anacrónicos, incapaces de adaptarse a los nuevos tiempos, a la realidad que viene, que mantienen cada vez menores convicciones en sus propios valores, porque son puestos en duda por la realidad, pero que los conservan y mantienen por no ser capaces de enfrentarse a la necesaria mutación de sí mismo o están muy bien hechas, y son agradables de ver y se recuerdan con verdadera devoción, o bien son un castañazo. Esta es de las primeras, sin duda.
Un Kirk en estado de gracia. Una Tena Rowlands guapísima y, que, además, como en casino todas sus cintas, llora. Es una actriz que yo siempre la recuerdo llorando. 
Me ha gustado, aunque no es su mejor papel, ni mucho menos, Walter Matthau, muy joven pero apuntando maneras...

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