lunes, 13 de abril de 2015

Mc KENDRY, Gary. - Asesinos de élite (2011)

Qué horror, qué de tiros, inconsecuentes, estériles, poco eficaces... No es una gran película. Además es larguísima. Creo que cuando un director novel está montando su primera película debe saber, en primer lugar si la historia que cuenta es buena o mala. Si no sabe qué tipo de cine ha rodado no va a vivir mucho en esta industria, se irá al garete. Si sí lo sabe y continua con este metraje tan exagerado, creyendo que al público le puede interesar esta película, pues qué quieren que les diga lectores míos, es que, directamente es un director condenado a hacer siempre la misma película, es decir, una cosa realmente prescindible.
En algo tan sencillo como explicar, y lo hace al principio y el final de la película, que está basada en hechos reales se trastoca. Porque no queda claro qué hechos reales son los que son reales. La intervención, cuanto menos disparatada de los servicios secreto británicos en Orán, puede ser. Ahora bien, que de esa intervención secreta se deduzcan eso asesinatos de militares que participaron en ella diez años después pues ya me parece más difícil. 
Al parecer todo lo que rueda y sucede se cuenta en un libro. Si es sólo lo primero lo que se cuenta, es decir, la participación exageradamente participativa de dichos servicios secretos, la licencia que toma el director es desproporciona y no merecía que dijese que estaba basada en hechos reales. Si el libro cuenta también esta segunda parte, la muerte de dichos militares por orden de un sultán, jeque o lo que fuese, a manos de singulares killers mundiales, debería haberlo resaltado con la suficiente intensidad como para hacerlo creíble.

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