domingo, 18 de noviembre de 2012

HATHAWAY, Henry. Yo creo en ti (1948)


     Los bienpensantes del cine, aquellos que saben mucho de todo a lo mejor entienden que Hathaway no es un buen director, que sus películas son sosas, que no tienen genialidad. Y a lo mejor tienen su público, a lo mejor hay aficionados que prefieren seguir los dictados de los que por ellos piensan. 
     Yo creo todo lo contrario. No hay película de él que no me parezca magnífica, estupenda, sublime. Es director soberbio, sereno, tranquilo, serio, pero de una limpieza visual incompatible con las tonterías. No hay película de él que no me guste. Todas las que he visto me parecen buenas, algunas muy buenas. Esta en concreto es una obra maestra. Si por ello entendemos las que marcan género, aquellas que son seguidas, las que explorar una nueva forma de hacer las cosas, o temática diferente, o simplemente crean un filón nuevo de tramas, ésta desde luego lo es. Dice cómo se hacen las cosas a partir de ella.  Y el fenómeno de películas de culpables encarcelados injustamente y salvadores que ponen todo su tesón en conseguir su liberación tiene como cota bien alta esta película.
      Dos cosas. Stewart es un magnífico actor. Se mire como se mire. De vaquero, de policía, de bueno, de no tan bueno...
     La película tiene un puntito Frank Capra, esa forma sutil de mirar siempre el lado bueno de las personas, su verdadero fondo humano...

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