jueves, 5 de julio de 2012

QUENTIN TARANTINO: Malditos bastardos (2011)

     Siempre pensé que Quentin Tarantino no era el muchacho terrible del cine actual. No es que sea un fraude ni nada parecido, para eso hay algo que ofrecer y éste no es su caso, pero más allá de su pose de cinéfilo empedernido que sobrevuela las conversaciones sobre cine con una mezcla entre suficiencia y estupidez, algo pedante y poco original, ese tipo de tío que siempre se está riendo como el lindo pulgoso de los dibujos animado, pensé que había realmente profundidad. Reservair Dogs, la verdad, no es mala película, y Jackie, probablemente su mejor film con ese juego de espejos sobre una misma realidad, también se deja ver... lo demás no me gusta especialmente, ésta película tampoco.
     ¿No está lograda?. No, sí está lograda. ¿No consigue trasmitir emoción o intensidad?. Sí, lo consigue. ¿Entonces?. Pues que es una película sin más, entretenidilla, y poco más. Pero nada más, o poco más por mejor decir.
     Cuenta una historia absolutamente inverosímil, sin contenido adicional, que augura gran violencia y no hay de eso de lo que él es especialista. Pero le falta ese puntito que marca la diferencia entre una película y una buena película.
     Desde luego en esta película sobre Brad Pitt, que no sé muy bien como apuesta la evolución de su normalita carrera a este tipo de caballo.
    A veces rinde un tributo, y eso sí es bonito, a Doce del Patíbulo, de Aldrich, tanto por la temática, como por el contenido y la trama.
     Dos escenas están muy logradas. La conversación en el la Cafetería, con el nazi de la Gestapo, y su fatal desarrollo, que lo resuelve técnicamente demasiado rápido, y la escena final, que tiene algo de Muerte entre las Flores, de los Cohen...
     En definitiva, una película, sin más, pero muy alejada de lo que uno de los autores de culto actuales pretendería de sí mismo.

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