sábado, 26 de mayo de 2012

SAMUEL FULLER: El diablo de las aguas turbias (1954).

     Buena película del muy buen director Fuller, de su época más fructífera: la bélica. Un Richard Widmark estupendo, magnífico, soberbio, y unos secundario de muy buen ver. La trama típica de la época de entreguerras, de la guerra fría. Un capitán de navío norteamericano es contratado por una sociedad secreta que promueve la paz para realizar una investigación en aguas del norte del Japón. Se sospecha que potencias extranjeras están realizando pruebas nucleares. Lo que se convierte en un viaje para llevar allí a un científico y su hija, también científica, acaba convirtiéndose en una acción bélica, pues actúan para impedir que un avión disfrazado con los colores de los Estados Unidos bombardee el norte de Corea.
     Típica película del género que se deja ver, con algunas escenas, sobre todo la de la falta de oxígeno, bastante decentes. Fuller en estado puro, del tipo Cascos de Acero o A bayoneta calada.
     El otro Fuller, en el Uno Rojo: División de choque me gusta menos. Quizá ser más profundo, cosa que dudo, pero me gusta menos.

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