viernes, 25 de mayo de 2012

ROBERT SIODMAK: Pesadilla (1945).

     Impecable formato para una buena historia. Una hermana enamorada de su hermano impide con dilaciones relacionadas con la imposibilidad de encontrar una casa donde ir ella y su otra hermana viuda tras el enlace acaba rompiéndolo. El hermano, un George Sanders más que razonablemente bien interpretado fantasea con asesinarla con veneno. Y parece que así lo hacer, pues el último tercio de la película gira alrededor del asesinato. Pero no el de la hermana más odiosa, seudo enferma, siempre en una habitación rodeada de plantas y con una temperatura excesivamente elevada, sino de la otra hermana, la más razonable, la que no había puesto ningún impedimento a la boda, antes al contrario. Un error en la taza de chocolate que iba destinada a una hermana pero al final bebe otra provoca el desenlace tan desagradable. Pero el hermano deja que cargue con la culpa la hermana que es enviada al patíbulo. 
     Al final, en los últimos dos minutos se aclara que lo que ha ocurrido ha sido un sueño del hermano, una "pesadilla". No ha asesinado a nadie, nadie a muerto. Simplemente ha fantaseado con ello. Su novia ha decidido no casarse con el rival amoroso y vuelve a él, que lleno de valor decide romper con su hermana.
     Más que un triángulo amoroso narra la obsesión siniestra de una posesión que sólo le falta el incesto para ser plenamente repugnante.
     No es de las más descollantes de Siodmak, peor se deja ver. Más en la línea de la Dama Desconocida que del Abrazo de la Muerte o Forajidos, auténticas obras maestras.

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